Aunque parezca imposible, sólo después de más de cuatro
décadas (que se dice pronto) desde la muerte del gallego fascista y genocida se
empieza a hacer justicia.
Porque sólo hay que imaginarse que por ejemplo en Alemania
hubieran esperado al año 1986 para retirar reconocimientos y honores a los
jerarcas nazis. ¿A que parece imposible y absurdo del todo?
Pues esa inmensidad de tiempo, casi medio siglo es lo que ha
tardado esta "democracia" bastarda, podrida y corrupta en empezar a
borrar las huellas del criminal franquismo y su barbarie fascista. Así el
Ayuntamiento del Madrid ha aprobado
retirar las distinciones honoríficas concedidas a diversos asesinos franquistas
y a sus organizaciones genocidas.
Y no se crean, que incluso a día de hoy los herederos tanto
reales como ideológicos de esa dictadura asesina, el infame Partido Popular
(que hasta en el nombre miente), se han negado a esa incuestionable obligación
de cualquiera que se quiera llamar demócrata. Y la peregrina justificación de los
filofascistas de Rajoy y sus delictivos secuaces ha sido que ello es una
"ofensa a los descendientes" de esos torturadores, criminales y
asesinos. Algo así como si los nietos de Goebbels o de Goering se sintieran
ofendidos porque la democracia alemana considerara que sus abuelos fueron unos
genocidas.
Claro que en este infame país ya nada puede sorprender, ya que
mientras no se haga como en el resto de las verdaderas democracias latinoamericanas
una Comisión de la Verdad, que llame por su verdadero nombre a todos esos bárbaros
genocidas esto será una simple monarquía bananera, manchada con la sangre de
tantos cientos de miles de muertos y el sufrimiento de los millones de personas
que padecieron tanto dentro del país como en el exilio al siniestro franquismo, y en
donde cualquier parecido con una democracia es pura fachada vacía de contenido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario