Pues sí, sorprendentemente nuestros obispos patrios han decidido (por una vez
y sin que sirva de precedente) pedir a ese gobierno de meapilas
nazionalcatólicos, con el que por cierto están tan cómodos, que no desmantele
el escaso estado de bienestar que habíamos alcanzado y que no deje al país en
manos solo de la banca y los poderes económicos.
Además también, en una muestra casi increíble de humildad
para una secta prepotente e incapaz de asumir ningún error, los obispos españoles han pedido disculpas por primera vez en toda su historia por no haber estado a la altura de los más necesitados. Eso sí, como siempre, esa petición
de perdón cristiano no implica por supuesto ninguna responsabilidad, ningún
cambio en su siempre egoísta y voraz comportamiento y será nada más que un
brindis al sol, ya que como buenos católicos pensarán que con un acto de
contrición es suficiente para borrar todas sus faltas (y hasta sus delitos, si
no que se lo pregunte a los miles y miles de niños violados en toda la cristiandad).
Porque es patético y hasta ofensivo que mientras que en
estos años en los que se ha destruido todo el sistema público (educación,
sanidad, investigación, etc.) con brutales recortes que no sólo han enviado al
paro a cientos de miles de empleados públicos, verdaderos héroes anónimos que
se encargaban de repartir un poco de justicia social en este siempre
terriblemente injusto sistema económico que tenemos, y que por tanto han dejado
totalmente desatendidos y obligados a la exclusión social y a la miseria a
millones de españoles de las clases sociales más humildes, nuestros ahora
preocupados y hasta sumisos jerarcas católicos han seguido cobrando (sin pudor
ni vergüenza alguna) desde el inicio de la crisis allá por el año 2008 sus
11.000 millones de euros anuales, por supuesto sin recorte o reducción alguna
¡faltaría más! ya que los ciudadanos podemos morir de hambre pero atender las
necesidades económicas de la santa madre iglesia es siempre prioritario en la
muy cristiana España, hasta alcanzar la inimaginable y monstruosa cifra de
cerca de 90.000 millones de euros dilapidados en mantener a este hatajo de
parásitos antidemocráticos, sexistas, homófobos e ignorantes medievales,
especializados únicamente en alinear los cuerpos y corromper las mentes de los
más ignorantes miembros de esta nuestra muy supersticiosa especie.
Así que en lugar de tanta vacua declaración, bien podrían nuestros
obispos patrios dejar de parasitar al pobre estado español ¡que ya van siendo
hora!, parar de seguir amasando riquezas sin mesura y empezar a ganarse el
sustento como el resto de sus convecinos, puesto que más bien parece que la
expulsión del paraíso no haya ido nunca con ellos, porque sudor, lo que se dice
sudor de trabajo no han sudado nunca. Pero claro, eso sí que sería un verdadero
milagro y no la licuefacción de la sangre de san Genaro y demás dementes
absurdeces a las que nos tienen acostumbrados.
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