Dentro del disparatado pero terrible mundo de la
superstición africana, en donde chamanes, brujos, santeros y sacerdotes varios
se disputan los cuerpos y las mentes de la depauperada e iletrada población, el
presidente-dictador de la pequeña nación de Gambia destaca por su criminal desvergüenza.
Además de someter a su pueblo, este dictadorzuelo de opereta
tiene ínfulas médicas de tal manera que se ha autoencumbrado como profesor-doctor
y afirma poder curar las más variadas y letales enfermedades como los cánceres
de hígado, de páncreas o de mama. Por supuesto este chamán afirma también poder curar el SIDA,
la malaria, el asma, la infertilidad, el infarto cerebral y la diabetes entre
otras muchas otras enfermedades.
¿Y cómo se preguntarán ustedes? Pues con los mismos
argumentos utilizados desde siempre por toda esa criminal caterva de charlatanes
y embaucadores tan amigos de la medicina holística y alternativa: con el uso de
diversas hierbas medicinales del país y a través del conocimiento que le
insufló el “Dios Supremo”. ¡Ahí es nada!
Según su propia
propaganda “miles de personas de todo el mundo” han disfrutado ya de sus
increíbles tratamientos médicos, aunque la
cruda y terrible realidad es que los pocos cobayas humanos que han tenido la
triste suerte de caer en manos de este demente han fallecido. Así que en resumen, otra calamidad más que azota al
depauperado continente negro.
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