Dentro de los privilegios religiosos quizás el que choca más
frontalmente con la racionalidad es la sumisión a las creencias de las personas
o colectivos encargados de velar por el bien público. Y el ejemplo quizás más
evidente es cuando un profesional sanitario coloca su religión por encima de su
deber con los pacientes en particular y con la sociedad en general.
Así cuando un profesional sanitario abandona los criterios técnicos,
basados en el conocimiento científico, supeditándolos a absurdos libros
escritos por pobres ignorantes de hace milenios si formación ni conocimiento
algunos, únicamente está demostrando su incapacidad para el correcto desempeño
de su labor profesional y social. Y un ejemplo evidente de este irracional y
muchas veces peligroso comportamiento lo tienen los miembros de la asociación de farmacéuticos
católicos, cuya misión consiste en
"Defender y difundir la doctrina de la Iglesia católica con relación al ejercicio profesional de farmacéutico."
Es decir, antes que farmacéuticos son apologistas religiosos
tal y como aseguran nuevamente
"Los miembros de la Asociación debemos hacer partícipes de nuestra fe a los demás y dar testimonio en el ejercicio profesional del espíritu cristiano."
Vamos que entras en una farmacia católica a por pastillas
para la tos y el galeno te debe transmitir su fe y su testimonio, imagino que
leyéndote alguna parte de la Biblia o comentándote la última encíclica papal,
más o menos como los testigos de Jehová o los mormones cuando te visitan en
casa pero mucho más cómodo para ellos, porque eres tú el que vas directamente a
la boca del lobo y encima no puedes salir corriendo hasta que no te entregue el
medicamento, por lo que si la necesidad es muy urgente pues quedas a merced del
farmacéutico cristiano y de la Epístola a los Filipenses.
Aunque claro esta asociación también entiende de
profesionalidad ya que obliga a sus miembros a
"ser en el trabajo cumplidores exigentes"
pero aquí hay un problema puesto que si su trabajo choca con
su moral, por ejemplo en la venta de preservativos, pues entonces directamente
se mandan los principios técnicos y profesionales a tomar vientos, se
desaconseja su uso y si hace falta se objeta para no vender tamaños
instrumentos del Diablo, recomendándose en su impío lugar el uso de "anticonceptivos
naturales" que según
su web
" Tienen fundamentación científica. Por tanto presentan una eficacia probada."
¡Que se lo digan a esos padres de los cientos de millones de
cristianitos hijos del famoso Método Ogino y similares! que seguro que estarán completamente
de acuerdo con la eficacia probada de estos métodos.
Y si con el tema de la educación sexual la profesionalidad
de estos "expertos" escasea profundamente, pues en otros campos
sanitarios su ideología es directamente peligrosa. Porque ¿sabían ustedes que hay
vacunas que no son éticamente cristianas? y por tanto no pueden ser
utilizadas. Pues sí, todas aquellas que para su producción
se haya utilizado algún cultivo celular proveniente de un embrión abortado. ¿Y cuáles
son esas diabólicas vacunas? Pues tal y como se nos informa nada más y nada menos que casi todas
"Rubeola, sarampión, parotiditis, rabia, poliomielitis, viruela, hepatitis A, varicela y herpes zoster"
Así que ya saben
según dijo la Santa Sede sobre este tema
"Se recuerda a los médicos y padres de familia que tienen el deber de recurrir a vacunas alternativas (si existiesen), ejerciendo toda la presión posible sobre las autoridades políticas y sobre los sistemas sanitarios, con el fin de que estén disponibles otras vacunas que no planteen problemas morales. En lo que atañe a enfermedades contra las cuales no hay todavía vacunas alternativas y éticamente aceptables, es obligatorio abstenerse de usar estas vacunas sólo si puede hacerse sin que los niños, y la población en general, corran riesgos de salud importantes."
Y claro la cuestión es qué narices significa eso de "correr riesgos
de salud importantes". Pero eso ya
nos lo explicará la Curia Romana cuando se reúna en próximas sesiones
científicas bajo la siempre infalible guía de la Paloma Celestial.
Y ya como resumen de la nefasta filosofía de esta cristiana asociación
les dejo con un artículo de uno de estos farmacéuticos católicos titulado
"Hay
que obedecer a Dios antes que a los hombres" y publicado en la revista oficial de esta asociación:
"Las asociaciones farmacéuticas que defendemos la vida, y sobre todo los miembros de nuestra Asociación Española de Farmacéuticos Católicos, hemos de luchar contra la anticoncepción, en general, no sólo contra la PDS sino también contra la venta de las píldoras anticonceptivas sin la debida receta del médico, porque va contra la voluntad de Dios."
Así que ya saben la píldora
anticonceptiva con la debida receta del médico sí que es la voluntad de Dios.
Algo vamos avanzando.
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