En estos procelosos tiempo de ateísmo rampante, en donde se cuestiona al
cristianismo en todas sus variantes resulta que los verdaderos creyentes ya no
tienen ni siquiera esos inalterables dogmas a los que agarrarse en busca de
consuelo.
Porque menudo disgusto se acaban de llevar todos los sotanados cristianos de
sus más variadas sectas con los últimos estudios sobre la maraña de escritos en
donde se recogen la vida y enseñanzas de Jesús, ya que entre ellos se descubrió
hace unos años un pergamino bautizado como el "Evangelio de la esposa de Jesús".
Y ese nombre ya lo dice todo y no puede ser más que una fuente de problemas
para toda la estructura del cristianismo.
Pues
bien, una reciente datación de su antigüedad del papiro que dice
"Jesús les dijo: Mi esposa ... ella será capaz de ser mi discípulo"
ha
demostrado que fue escrito entre los siglos IV al VIII. Es
decir más o menos como el resto de la abundante propaganda cristiana, por lo
que tendría la misma (in)validez que los otros evangelios, con lo que imaginen
el revuelo que está montando.
Eso unido a que otros
eruditos han cuestionado hasta la propia sexualidad del fundador del
cristianismo, pues podrán empezar a
entender el berenjenal en el que consisten los mitos fundacionales de la
principal creencia del mundo.
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