Si se mira con perspectiva, la terrible crisis económica que
llevamos padeciendo estos últimos años tiene la cualidad de estar haciendo
aparecer todos los defectos y las mentiras sobre las cuales se construyó la
famosa democracia española, fruto de un lavado de cara superficial de las
estructuras anquilosadas y antidemocráticas tanto políticas como económicas de
la dictadura franquista, pero por supuesto sin cuestionar ni un ápice los
verdaderos centros de poder tradicionales.
Así mientras duraron los años de bonanza, el crecimiento de
la economía permitió mantener el espejismo de una mejora temporal en las
condiciones socioeconómicas para la gran mayoría de los ciudadanos
pertenecientes a la siempre oprimida clase trabajadora, pero en cuanto llegaron
los problemas económicos el propio sistema aferrado a la estructura heredada
del franquismo ha vuelto a poner las cosas en su sitio. Así mientras los dos
grandes poderes fácticos de este país: la Iglesia católica y el Ejército no
sólo no
han sufrido recorte alguno en su milmillonarias asignaciones presupuestarias,
sino que en algunos casos incluso han
aumentado sus aportaciones, por el contrario se está desmantelando en la
práctica todo el estado del bienestar para el común de los mortales: educación,
sanidad, justicia social, etc.
¿Y qué decir del propio sistema económico? Si estamos pasando
el peor año de la crisis ¿cómo es que
la Bolsa de Madrid se encuentra en máximos anuales? Pues porque los grandes
empresarios saben que siempre podrán contar con la ayuda del papá estado, sí
ese mismo sistema público que tanto calumnian y al que quieren hacer
desaparecer, bueno excepto en el caso de las subvenciones para poder seguir
continuando el capitalismo de salón al que están tan acostumbrados. Ya que en
España siempre habrá disponibles unas decenas de miles de euros de dinero público
para sanear bancos quebrados o para regalar a empresas eléctricas con la triquiñuela
del famoso déficit tarifario.
Y en cambio nos acercamos peligrosamente al abismo de la
injusticia social más criminal cuando empiezan a aparecer casos de niños
malnutridos que necesitan ser alimentados en los propios colegios tal y como se
ha tenido que hacer en algunas comunidades como
Andalucía o Cataluña
o cuando cientos de miles de familias deben recurrir a la caridad
de los bancos de alimentos para poder seguir malviviendo mientras son desahuciadas
de sus propias casas.
Y dentro de este desolador panorama únicamente hay que
recordar que España no es un país pobre del tercer mundo, sino la teórica
novena potencia mundial con docenas de multinacionales tanto foráneas como patrias
que obtienen miles de millones de euros al años de beneficios, aunque por
supuesto a todas ellas junto con las grandes fortunas se les permite la
famosa ingeniería
fiscal para en la práctica no pagar impuesto alguno, por lo que no es de
extrañar que en esta España asolada por la crisis económica lo
único que aumente sea el número de personas adineradas. Por lo que al final
las arcas del erario público quedan cada día más escuálidas, y así se
justifican nuevos recortes que empobrecen más al general de la población y
nuestra "democracia" se aleja más y más de la más elemental justicia
social y millones de españoles tienen que volver a depender de la caridad como
único medio de vida. Vergonzoso e indignante.
bueno, esta publicación me a recordado el papel de las insitituciones judiciales de nuestro país, los órganos y componentes del poder judicial y el papel determinante de los dos grandes partidos (pp y psoe), y, aunque imagino que dentro de las filas del psoe no puede haber simpatizantes del régimen franquista, si que es fácil distinguir responsables políticos que, ocupando cargos destacados en los diferentes gobiernos progresistas, han tenido un comportamiento "sospechoso" (no son sus palabras sino sus actos) prometiendo cambios que nunca llegaron, obstaculizando de esta manera que se cumpliera la premisa constitucional que nos dice que, en España, la justicia emana del pueblo (CE). aquí, los nostálgicos del franquismo podrían respirar y sentir la esencia de aquella época no tan lejana en el tiempo. pero además, y lo que me parece más insultante, sobretodo para los votantes del psoe, lo cómodos que se han sentido los gobiernos (los poderes ejecutivos) de gonzalez o zapatero a la hora de manipular y controlar este poder, en teoría independiente. Sin duda, se trata del poder del Estado con más franquistas activos desde 1978 (distinguiendo entre "franquistas de franco y fraquistas por sus hechos"). Viva la democracia a la española!!
ResponderEliminarPor lo menos el Ejército dejó de incordiar (recuerden las varias intentonas de golpes de estado) y de dar “consejos” políticos. Lo de la Iglesia católica es peor: ni se callan, ni renuncian a ninguna prebenda.
ResponderEliminarGracias al PP, que actúa como su brazo político, y al PSOE, que no se atreve a ponerle límites ni teniendo mayorías parlamentarias, me temo que tendremos una iglesia católica metomentodo hasta que las ranas críen pelo.