Acabo de leer un par de noticias que igualan de la manera
más brutalmente posible a fanáticos cristianos y musulmanes en su enfermiza locura.
Y desgraciadamente como ya viene siendo habitual, las víctimas de estos
horrendos crímenes son siempre las personas más vulnerables en estas arcaicas,
patriarcales y antidemocráticas religiones: las mujeres y los niños.
El primer caso ha ocurrido en una aldea de Afganistán, en
donde un
padre ha ejecutado en un acto público, y ante la atenta mirada de varios
centenares de vecinos a su hija acusada de adulterio, tras haber solicitado consejo
a los líderes religiosos del pueblo para saber cómo lavar la afrenta hecha al
honor familiar de la forma más adecuada y conforme a la Sharía.
El segundo quizás puede ser todavía más horroroso si cabe ya que varios
miembros de una secta en Chile mataron y quemaron a un bebe durante un ritual de
purificación ¿Su justificación? Pues que el niño era el anticristo y que de
esta manera estaban "salvando al mundo". La madre del niño asesinado
ha declarado:
"Todos sabían que mi hijo tenía que ser asesinado por Castillo y que debía ser así. El era Dios"
"Castillo" es el líder de una secta milenarista "Antares
de la luz" que se encontraba en busca y captura tras el
brutal asesinato y que finalmente ha
sido encontrado muerto tras haberse suicidado.
Así que entre afrentas al honor y rituales milenaristas
parece que seguimos anclado en el remoto y tenebroso pasado de superstición e
ignorancia.
Dos casos verdaderamente aberrantes y crueles no justifican sin embargo el odio a todos los creyentes.
ResponderEliminarMarcos
ResponderEliminarNo son casos aberrantes, son comportamientos claramente imbricados en el estúpido mundo mágico de la religión. Si crees en dioses y demonios es lógico pensar en luchar contra el Anticristo. Otra cosa es que (por suerte para todos) la mayoría de los autodenominados creyentes no lo sean en realidad y únicamente lo aparenten.