El problema de la religión con su afán unificador de todas
las cosas y su falta de capacidad real para mostrar la más mínima explicación
es que generalmente cae en el ridículo más abrumador. Así, como dentro de las
limitadas mentes de los creyentes, todo
está previamente diseñado o finalmente controlado por una entidad todopoderosa
y omnisciente pues necesitan acudir a explicaciones peregrinas de los sucesos
habituales. El último caso de estos absurdos intentos se ha producido como no
podía ser de otra manera en los famosos EEUU. Por muchos será ya conocido el
caso de James Holmes, el último psicópata homicida de la interminable lista de
dementes que crea la primera superpotencia mundial. Alguien debería estudiar
seriamente que falla en la maravillosa sociedad estadounidense para que día sí y
día también un anodino ciudadano se lie la manta la cabeza y pertrechado con un
arsenal de armas de las que se compran fácilmente en cualquier supermercado
yanqui, entre en un centro comercial o hamburguesería y asesine a varias decenas
de conciudadanos a los que no conocía y ningún mal le habían hecho. Pues bien, en
lugar de perder el tiempo en sesudos análisis sociológicos, económicos,
políticos o sociales del famoso "way of life" norteamericano, varios
cristianos (tanto católicos como protestantes) han debatido y encontrado el
verdadero origen de este irracional comportamiento. Así un republicano
baptista ha achacado el crimen a que el rezo en las escuelas norteamericanas
está prohibido y por tanto los estadounidenses han perdido la "mano
protectora" de dios. ¿Ven ustedes el ofensivo argumento? Como ya no me rezáis,
malditos bastardos, yo el dios infinito y misericorde de la Biblia con mi todopoderoso
rencor envío a un demente para que os asesine vilmente. Toma justificación del
amor cristiano. En cambio, un cura columnista de una web católica ha apuntado
que Holmes quizás esté poseído por el demonio. Y aunque la "infestación
demoniaca" es rara y difícil de detectar según su experto criterio, y
tanto que es rara y difícil porque solo se encuentra en la mente de
desequilibrados con alzacuellos, él sospecha que el maligno anda detrás de este
suceso. Como ven todo un riguroso análisis.
Ahora ya solo falta que un hábil y experto abogado defensor,
de los que aparecen continuamente en la ficción cinematográfica, se haga cargo
de la defensa de Holmes y presente los testimonios exculpatorios de estos
piadosos y aborregados débiles mentales para que apelando al profundo
sentimiento religioso de un jurado de verdaderos creyentes norteamericanos, de
los de pueblo de toda la vida considere a Satán legalmente responsable con la colaboración
necesaria del siempre sospechoso presidente norteamericano por no ordenar el
inmediato rezo público. Y aquí paz y después gloria.
Esta entrada está especialmente dedicada al creyente llamado Martín con el que llevo debatiendo varios días en una entrada previa.
P.D.
Les dejo con la fotografía del endemoniado. No me digan que con ese pelo rojo no es la misma encarnación del diablo.
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