Un reciente
estudio de la Universidad de Otago
en Nueva Zelanda ha analizado la demografía del altruismo respecto a las donaciones
tanto de órganos como de cuerpos de fallecidos para la ciencia en tres países:
la propia Nueva Zelanda, Irlanda y la República Sudafricana. Como no podía ser
de otra forma, las personas donantes adujeron su deseo de ayudar a la ciencia médica
y a los demás. Por supuesto también eran en general personas más altruistas que
la media de la población de sus respectivos países, puesto que
colaboraban más tanto en esfuerzo como en dinero a diversas obras de caridad.
Cuando los investigadores analizaron las creencias de estos donantes
observaron tal y como se muestra en el siguiente gráfico
que la proporción de personas no religiosas estaba aumentada
en estos donantes respecto a la población general de sus respectivos países. El
caso más llamativo fue la católica Irlanda en donde más de un 95% de la
población se declara religioso, pero en donde cerca de una cuarta parte de las
donaciones fueron realizadas por el escaso 4% de increyentes existentes en el
país (en total un incremento de unas seis veces). Y este efecto es en realidad todavía mucho más
acusado si tenemos en cuenta que la mayoría de los donantes de cuerpo para la
ciencia eran personas mayores de 60 años, segmento de la población que por
ejemplo en Irlanda es casi totalmente católico. Como comentan los autores del
estudio, hubiera sido de esperar que personas mayores con un historial de
prácticar la caridad hubieran sido personas muy religiosas y no lo que se
desprende de este estudio que es todo lo contrario.
La misma diferencia se obtuvo cuando se analizaron las
donaciones de órganos en los tres países, nuevamente los individuos no
religiosos volvían a ser más altruistas que los creyentes. Únicamente no se
encontraron diferencias entre creyentes y no religiosos cuando se comparó el
altruismo de estos grupos respecto a la donación de sangre.
En resumen,
un nuevo estudio (como el que recientemente comenté en otra entrada del blog) que desmonta el mito, propagado intencionada e interesadamente
por todas las jerarquías religiosas del mundo, que el altruismo y la
predisposición a ayudar al prójimo es una característica asociada a las
creencias religiosas y que los increyentes son personas malévolas y amorales
únicamente interesadas en satisfacer sus propios deseos narcisistas.
El estudio habla solamente de la donación del cuerpo para fines académicos (laboratorios de anatomía, disección en cátedras de universidades etc). Es un escenario distinto al de la donación de órganos. Aunque considero que la tendencia se repetiría en el caso de la donación de órganos, haría falta otro estudio que considere la donación de órganos como el motivo de estudio del ensayo. Saludos
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