Leo en la BBC
que en Venezuela se está produciendo un aumento del número de adeptos a la santería, una religión de
origen africano mezclada con algunos ingredientes católicos. Por supuesto la
Iglesia Católica considera estas
creencias como contrarias a la doctrina católica. Pero aparece un curioso
fenómeno. Según las estadísticas sobre religiones en ese país, el 90% de los
ciudadanos se consideran católicos pero también un 30% son seguidores de la
santería. Entonces muy probablemente la mayoría de los seguidores de la santería
son también católicos. Este es el tipo
de problemas con el que se enfrentan aquellos que nos quieren convencer que el
catolicismo es mayoritario en multitud de países. Que consideran católico a
cualquiera que parezca, imagine o mantenga cualquier tipo de relación con la iglesia
católica o sus creencias aunque de facto, la propia iglesia los considere ateos
o herejes. Así la Iglesia católica
debería definir qué narices considera católico y actuar en consecuencia. Pero
claro, una organización que a lo largo de los siglos ha defendido una cosa y su
opuesta a la vez no va a entrar en este tipo de disquisiciones. Sobre todo
cuando esta absoluta indeterminación le permite proclamar de la manera más
falsa su pretendida hegemonía en asuntos divinos.
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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