Leo en la web Minutodigital que en Holanda en los últimos años se han clausurado 900 iglesias. ¿El motivo? Pues que únicamente el 7% de los holandeses acuden a los oficios religiosos. Por tanto sobran muchas iglesias que además son muy costosas de mantener. Algo parecido a lo que ocurre en España. Salvo contadas ocasiones con motivo de alguna festividad religiosa señalada, la mayoría de las miles iglesias de nuestro país están prácticamente vacías la mayoría del tiempo ya que como señala Infocatólica únicamente el 13% de los españoles acude de forma habitual a los servicios religiosos y tenemos iglesias en este país para acoger a todos los católicos de Europa. ¿Entonces porque no se cierran iglesias en España? Pues porque en España el catolicismo está tan subvencionado tanto directamente como indirectamente por el estado que la iglesia católica se puede permitir el lujo de mantener abiertos costosos edificios ya que en realidad se los pagamos el conjunto de los españoles. Además es muy curioso y sorprendente que cuando se produce algún desarrollo urbanístico importante en España, mucho antes de que en la zona de nuevos bloques de pisos exista siquiera servicio público alguno (colegios, ambulatorio, etc) rápidamente se construye una nueva iglesia. No vaya a ser los cuatro católicos del nuevo barrio tengan que desplazarse un poco para humillarse ante su rijoso dios, faltaría más. Por supuesto el terreno es gratis puesto que el ayuntamiento de turno lo ha donado, luego la comunidad autónoma correspondiente o el estado central aportan un porcentaje significativo del costo y sólo si es absolutamente necesario el arzobispado de la región costea el resto. Por supuesto, con el dinero que previamente ha recibido de nuestros impuestos, incluidos el de los creyentes en otros dioses tan absurdos como el católico o de agnósticos o ateos. Además, cuando años después esa misma iglesia necesite reformas la iglesia solicitará nuevas ayudas oficiales para sufragar las obras. Y todo ello para una construcción que ha podido estar absolutamente infrautilizada durante décadas. Así, de esta manera pagamos por construir edificios absurdos para mayor gloria de un diosecillo repelente y ególatra, que no se usan y que reparamos durante siglos para sigan siendo el lugar de reunión ocasional de unos iluminados que por supuesto sólo aparentan ser católicos. Puesto que en España no siguen las enseñanzas de Jesucristo ni los propios arzobispos y cardenales católicos. ¿Se imaginan todo lo que se podría hacer con los miles de millones de euros que llevamos gastados en iglesias en este santo país?
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PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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