Acaban de publicar las estadísticas de la asignación católica dentro del IRPF español y como no podía ser de otra manera los obispos católicos se han felicitado porque algo más de 7 millones de contribuyentes les hayan regalado con el dinero de todos los españoles la asombrosa cifra de 250 millones de euros para pagar básicamente los sueldos de los sacerdotes católicos en España cuya principal misión consiste en subvertir el orden constitucional promoviendo la discriminación, la intolerancia y la desobediencia frente a cualquier ley que intenté ampliar los derechos civiles de los ciudadanos. Es de resaltar que dos terceras partes de los contribuyentes españoles no hemos marcado esa discriminatoria casilla. ¿Dónde está esa tan famosa y tan siempre publicitada mayoría católica española? Porque yo no la veo, pues resulta que después de todo hay en España el doble de no católicos económicos que los que la promueven. Además hay tener en cuenta que esa contribución es totalmente gratuita para los creyentes puesto que no les altera en nada el pago total de sus impuestos. Ahora supongamos que se impusiera el llamado impuesto religioso de Alemania, en donde cada ciudadano creyente tiene que abonar el 8% de sus ingresos a este fin. ¿Cuántos de esos 7 millones de generosos católicos con el dinero del estado seguirían siendo católicos? Conociendo bien este país apostaría porque quedaban los cuatro iluminados del Opus Dei y similares y el resto escupiría en la puerta de las iglesias.
Vamos, que yo también quiero ser generoso y que con cargo al erario público, porque ahora mismo es que no llevo calderilla en el bolsillo, se done para compensar la bonita cantidad de 250 millones de euros para por ejemplo la supervivencia del heavy metal, estilo musical del que soy asiduo y que ha sido históricamente denostado por todas las religiones monoteístas.
Como apunte sepan que 250 millones de euros anuales serviría para pagar el sueldo de unos 8000 nuevos investigadores, médicos o profesores universitarios que tanta falta nos hace, en lugar de ese conjunto de hipócritas, estafadores, represores sexuales y difamadores, los cuales llevan por cierto incontables siglos exprimiendo al país y aborregando a la ciudadanía.
ole ole que razón llevas en todo el articulo. Estoy contigo.
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