Aunque parezca increíble el pasado mes de agosto se celebró un congreso exorcistas católicos en México. Entre los ponentes se encontraban cardenales y obispos, es decir altos jerarcas de la Iglesia católica mexicana. En el programa oficial aparecen títulos de ponencias tan increíbles como
“Enfermedades físicas y mentales, sicosomáticas, iatrogénicas, herencias generacionales y psicopatologías, que se dan en las personas tanto como fruto de la acción ordinaria como extraordinaria del demonio”
ó
“El uso del Ritual de los Exorcismos y las oraciones llamadas de sanación y liberación de influencias demoniacas: el discernimiento sobre que oraciones, a que personas, en que situaciones, en qué lugar, en qué casos; simple enfermedad física o mental, infestación, maleficio, obsesión, opresión”
Como se puede observar, para la Iglesia católica seguimos en la Edad Media. Por si esto no fuera suficiente también existe una Asociación Internacional de Exorcistas con el beneplácito del Vaticano. Y además de México también en España hay ocho sacerdotes exorcistas en activo que se dedican a “curar a personas endemoniadas”. Y todo ello con la acostumbrada pasividad de los poderes públicos respecto a cualquier práctica de la iglesia católica por increíble, estúpida o dañina que pueda ser. Así el más famoso exorcista español, el padre Fortea que se autodefine como teólogo especializado en demonología, nos presenta a través de su web sin ningún tipo de vergüenza o rubor que no sólo existen la posesión demoniaca, la infestación de un lugar por demonios, los maleficios o hechizos, los fantasmas de personas que están en el purgatorio sino que dichos fenómenos asociados al maligno pueden ser tratados mediante la oración, lecturas bíblicas, asistencia a misa, santiguarse con agua bendita o colocando imágenes sagradas católicas en el domicilio. Vamos tecnología médica punta del siglo XXI. Pero cuidado, como nos recuerda el mismo padre Fortea, no se debe recurrir a brujos porque sólo agravarán en problema en lugar de solucionarlo. Menuda caradura, se ve que no quiere ningún tipo de intrusismo profesional. En resumen, en lugar de tratar médicamente a este conjunto de desequilibrados se les permite, en nombre de la Iglesia católica, que sean ellos a su vez los que traten a otros pacientes psiquiátricos. Todo esto sería una broma de mal gusto si no estuviera implicada la salud de estos pobres endemoniados.
Y para terminar una divertida viñeta del genial Alberto Montt que resume esta patética situación.
Y para terminar una divertida viñeta del genial Alberto Montt que resume esta patética situación.
Una superstición tan compleja es fruto de siglos de ignorancia
ResponderEliminarAhora para seguir usurpando la sopa boba y a infelices mentecatos
tienen que seguir sosteniendo, de alguna forma, su entramado
con semilleros de donde parten preparando letras con las que manipular
su propio mundo sórdido.
La esquizofrenia que padecen no es compromiso intuitivo
ya que creen ellos viene dado por encima.
Mayor mal no puede haber de quienes se creen tiene el poder
de curar con las manos y sin ser grandes fumados van de sanos
diciendo que existe algo para colmo de males
Sólo para curar idioteces se construyen mundos impropios
no mundanos a los que deben ir aquellos que ellos purgan
con un derecho inexistente y un poder inhumano...
Están locos estos romanos.
Aunque así les va, así nos va si se les sigue dando cancha.
Pero tiene que tener presente que admiten de todo
con tal de mantener su profunda locura de sacrificios seudopaganos
Es puro canibalismo o safo pues siempre ritualizan
a su propio tótem al que devoran siempre, incluso de su vino...
al mundo, según ellos, o sangre.
Como las más vetustas y primitivas
piden siempre sacrificios y aunque en sus templos es domingo
y tienen muchos fieles, hacen estos otros bajo
clandestino actos que muchas veces, para desgracia de la víctima
se ven hasta jueces...
Las creencias son siempre por dos cosas:
Por ignorancia o por interés (económico), o ambas cosas
Adorar algo infinito es por dos cosas: Por pasión o por locura, o por ambas.
Adorar a algo infinito es simplemente incongruente.
No hemos evolucionado nada.
Qué pena.
Saludos