Aunque los creyentes afirman (sin prueba alguna por cierto)
que tener fe son todo ventajas, el más simple escrutinio racional muestra que es
muy arriesgado ponerse en manos de una inexistente deidad y de sus analfabetos y fanáticos mediadores
terrenales ya que se puede perder muy fácilmente el dinero y sobre todo la
salud y hasta la propia vida.
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