Y así son capaces de “encontrar” las más estúpidas señales como los habitantes de un pueblecito de la República Dominica, que andan todos revolucionados porque el gallo del tío Gabriel lleva una semana anunciando la venida del nazareno milagrero ¡ya era hora, porque han pasado dos milenios y nada de nada! al grito de “Cristo viene”.
Como se podrán imaginar el gallo no dice nada de nada, simplemente su quiquiriquí parece asemejarse más que remotamente a la susodicha exclamación, aunque excepto para los devotos creyentes hay que tener una imaginación desbordada (y desesperada) para extraer tan alocada conclusión.
Y este es siempre el mismo proceder de los semideficientes mentales creyentes: que una caca de perro se asemeja remotamente al rostro de la virgen María (aun cuando nadie sabe a ciencia cierta cómo era la señora) ¡milagro, milagro y milagro! o una mancha en una tostada tiene la forma de una cara humana ¡pues solo puede ser Jesucristo!
La única conclusión cierta de todos estos supuestos “milagros” es que los creyentes están para que los encierren en un frenopático.
No es solo problema de los idiotizados creyentes, los medios también tienen muchísima culpa al elevar tamaña sandez a la categoría de noticia...
ResponderEliminarQue se dejen de tonterías. La verdadera prueba de que Jesucristo es Dios es esta:
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