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17 de octubre de 2025

Un Universo cuasi incognoscible para las mentes de unos simples primates con mucho ego, pero con (desgraciadamente) poco raciocinio

A lo largo de los siglos, miles de profetas han creído que todo lo conocido y por conocer ha sido «finamente» diseñado para disfrute de la Humanidad, ese supuesto culmen de la creación que mantiene una relación «especial» con entes extraterrestres que se encuentran más allá del espacio y del tiempo. Sin embargo, la Cosmología está desentrañado las verdaderas dimensiones de ese más que vasto y casi infinito (para las mentes de unos simples primates bípedos) Cosmos del que no somos ni siquiera una mota de polvo suspendida en un pálido rayo de luz. 

Porque si atendiéramos a los más que evidentes desvaríos desvelados en los «sagrados» libros de todas y cada una de las religiones (y que desgraciadamente todavía siguen esculpidos casi en piedra en la mente de miles de millones de personas) todo este inconcebible derroche de tiempo, espacio y energía en el que consiste el Cosmos, sería un divino «regalo» para un simple primate habitante de un más que perdido rincón de este prácticamente infinito Universo, pobres homínidos que sin embargo en su prepotente ignorancia y superstición se permiten el erróneo lujo de creer (que palabra más sucia) que todo ello ha sido «diseñado» para su solaz y disfrute, aún teniendo en cuenta que si el actual conocimiento científico (obtenido por los desvelos de las más brillantes mentes sapiens de los últimos siglos) es cierto, entonces nunca jamás podremos disfrutar de nada, salvo quizás de la más que insignificante porción en la que consiste nuestro más que infinitesimal sistema solar. 

Porque cuando ampliamos la perspectiva, como en este video, nuestra más que patente insignificancia queda ostensiblemente expuesta.

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