Las «verdades» reveladas sólo son verdades hasta que llega el científico de turno y echa abajo lo que no son más delirios de analfabetos de tiempos más o menos remotos.
Luego, aquellos religiosos que tienen un poco de dignidad intelectual empiezan a hacer equilibrismos de sofista con ese peregrino argumento que lo transmitido por la divinidad en el libro revelado debe reinterpretarse hasta convertir el dogma en un conjunto de «enseñanzas poéticas» sin ninguna conexión con la realidad, tal y como muy bien explica Neil Degrasse en el siguiente video.
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