Aunque nuestro pasado suele estar asociado a la ignorancia y
a la superstición es también evidente que muchas mentes inteligentes han
mantenido a lo largo de la Historia un sano pensamiento racional y crítico, incluso en las épocas más
oscuras.
Este es el caso del autor o autores anónimos que allá por el
siglo XI, cuando Occidente y el Islam estaban inmersos en la barbarie de las
Cruzadas, escribió el interesante libro "Tratado de
los tres impostores", un demoledor alegato contra la superstición
religiosa y una inspiradora llamada al racionalismo.
Les dejo con algunas de sus reflexiones, para que se
deleiten con el raciocinio de este pensador anónimo y olvidado, que sin embargo
debería ser estudiado en todas las Facultades de Filosofía del mundo:
"DE LAS RAZONES QUE HAN LLEVADO A LOS HOMBRES A FIGURARSE UN SER INVISIBLE AL QUE COMÚNMENTE SE LLAMA DIOSAquellos que ignoran las causas físicas tienen un temor natural que procede de la inquietud y de la duda en la que están sobre si existe un Ser o una potencia que tenga el poder de dañarles o de conservarles. De ahí la propensión que tienen a suponer causas invisibles que no son sino los fantasmas de su imaginación a los que invocan en la adversidad y alaban en la prosperidad. Finalmente hacen dioses de ellos, y este temor quimérico a las potencias invisibles es el origen de las religiones que cada cual forma a su modo. Aquellos que querían que el pueblo fuera contenido y retenido por semejantes ensueños han cultivado esa semilla de religión, han hecho de ella una ley y, finalmente, han reducido a los pueblos a la obediencia ciega por terror a lo que pueda venir.
Una vez encontrado el origen de los dioses, los hombres han creído que éstos se les parecían y que, como ellos, harían todas las cosas con vistas a algún fin. Así, dijeron y creyeron de forma unánime que Dios lo ha hecho todo para el hombre y, recíprocamente, que el hombre sólo está hecho para Dios. Ese prejuicio es general, y cuando se piensa en la influencia que ha debido tener necesariamente sobre las costumbres y las opiniones de los hombres, se ve claramente que es de ahí de donde han tomado pié para formarse las ideas falsas del bien y el mal, del mérito y el demérito, de la alabanza y la humillación, del orden y la confusión, de la belleza y la deformidad y de todas las cosas de ese tipo."
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