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No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.


PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.

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13 de mayo de 2020

Brillante racionalismo en el siglo XI


Aunque nuestro pasado suele estar asociado a la ignorancia y a la superstición es también evidente que muchas mentes inteligentes han mantenido a lo largo de la Historia un sano pensamiento racional y crítico, incluso en las épocas más oscuras.

Este es el caso del autor o autores anónimos que allá por el siglo XI, cuando Occidente y el Islam estaban inmersos en la barbarie de las Cruzadas, escribió el interesante libro "Tratado de los tres impostores", un demoledor alegato contra la superstición religiosa y una inspiradora llamada al racionalismo. 

Les dejo con algunas de sus reflexiones, para que se deleiten con el raciocinio de este pensador anónimo y olvidado, que sin embargo debería ser estudiado en todas las Facultades de Filosofía del mundo:

"DE LAS RAZONES QUE HAN LLEVADO A LOS HOMBRES A FIGURARSE UN SER INVISIBLE AL QUE COMÚNMENTE SE LLAMA DIOS 

Aquellos que ignoran las causas físicas tienen un temor natural que procede de la inquietud y de la duda en la que están sobre si existe un Ser o una potencia que tenga el poder de dañarles o de conservarles. De ahí la propensión que tienen a suponer causas invisibles que no son sino los fantasmas de su imaginación a los que invocan en la adversidad y alaban en la prosperidad. Finalmente hacen dioses de ellos, y este temor quimérico a las potencias invisibles es el origen de las religiones que cada cual forma a su modo. Aquellos que querían que el pueblo fuera contenido y retenido por semejantes ensueños han cultivado esa semilla de religión, han hecho de ella una ley y, finalmente, han reducido a los pueblos a la obediencia ciega por terror a lo que pueda venir.

Una vez encontrado el origen de los dioses, los hombres han creído que éstos se les parecían y que, como ellos, harían todas las cosas con vistas a algún fin. Así, dijeron y creyeron de forma unánime que Dios lo ha hecho todo para el hombre y, recíprocamente, que el hombre sólo está hecho para Dios. Ese prejuicio es general, y cuando se piensa en la influencia que ha debido tener necesariamente sobre las costumbres y las opiniones de los hombres, se ve claramente que es de ahí de donde han tomado pié para formarse las ideas falsas del bien y el mal, del mérito y el demérito, de la alabanza y la humillación, del orden y la confusión, de la belleza y la deformidad y de todas las cosas de ese tipo."

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