La imbecilidad de los religiosos no tiene parangón y cuando
es todo un presidente de gobierno el que en momentos críticos se deja llevar
por la estulticia religiosa el desastre está asegurado.
Bolsonaro, el presidente de Brasil que lleva semanas
minimizando el peligro de la actual pandemia y bloqueando cualquier tipo de
medida frente a la expansión del virus ahora ha decidido "arreglar"
el desaguisado como siempre hacen los estúpidos creyentes cuando no saben qué
hacer: rezando.
Porque que a estas alturas la primera medida de Bolsonaro sea
la de convocar
"a los brasileños junto con los pastores y líderes religiosos a un día de ayuno para que Brasil pueda liberarse de este mal lo antes posible"
dice mucho del peligro que tiene para una sociedad avanzada
estar siendo dirigida por un semideficiente mental carcomido por el virus de la
fe.
Normalmente ante un pueblo con mayoría pobre e inculta estos lideres son los pastores que saben dirigirlos hacia lo que ellos sueñan que es ese otro mundo de fantasía después del paso por esta vida. Algunos de estos lideres lo hacen por el interés de esa representación de su creencia porque les mantiene en ese liderazgo, aunque también pensemos que algunos verdaderamente están convencidos de lo que predican. Una persona medianamente inteligente y ante la perspectiva de esta vida se hace difícil pensar que existe esa otra vida después de la muerte.
ResponderEliminarRussell hablaba de un cajón lleno de naranjas.
EliminarLas frutas de arriba representan la vida y las de abajo lo "desconocido", después de la muerte.
Así, cuando uno ve a las naranjas visibles podridas no dice "las de abajo deben estar buenas en compensación", esa idea de los creyentes de que la injusticia en esta vida es resuelta por la justicia que viene después de la muerte.
Al contrario, si las de arriba están podridas, es de esperarse que las de abajo también lo estén.
De hecho, es de suponer que las de abajo estén peor aún. Pero los brasileños tienen al presidente que se merecen: el hombre que prometió no dejar ni un médico cubano en suelo brasileño, regresar al país a la distadura militar y permitir la venta de armas.
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