Ahora que nuestro
presidente del gobierno se felicita tan efusivamente a sí mismo por haber exhumado al gallego genocida,
quizás debería hacer un poco de autocrítica y darse cuenta de que el fascismo
está más que lejos de ser enterrado en España.
Puesto que mientras
al criminal con voz de pito se le ha reubicado con todo el respeto en un panteón,
Queipo del Llano y otros cientos de asesinos y torturadores franquistas siguen
enterrados con todos los honores, las familias de los jerarcas franquistas
siguen disfrutando de todos los privilegios y las fortunas conseguidas con la
sangre de tantos inocentes, miles de fascistas siguen teniendo medallas,
honores, privilegios, pensiones y demás y no pasa un día en el que se exalte de
la manera más asquerosa a esas décadas de hambre, represión, exilio y
asesinatos, cientos de miles de represaliados siguen enterrados como perros en las
cunetas de este desgraciado país, las condenas firmadas por los fascistas
siguen siendo legales tal y como muy bien se muestra en el siguiente video.
Hay que tener en cuenta de que en realidad y con toda la inmunidad y descaro ellos siguen controlando las principales instituciones del país desde que ganaron la guerra en 1939. La "democracia" fue un paripé que ha engañado al pueblo con barniz de modernidad y aparentes libertades pero en su trasfondo está la cloaca. Los criminales originales han muerto en su mayoría pero la "semilla del mal" ha llegado hasta las nuevas generaciones y efectivamente todo fue atado y bien atado. El poder de la religión tiene un peso como una losa milenaria imposible de erradicar. Es un veneno que se adapta de maravilla al fascismo porque es la base de todo pensamiento malvado y retrógrado. En España no pasó la ilustración es importante recordarlo.
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