Es más que evidente que los mismos católicos que desprecian,
humillan, insultan y amenazan a todos aquellos que no acatamos sus más que
ignorantemente estúpida moral de beduinos circuncisos, luego se sienten indignadamente
ofendidos por la más nimia fruslería.
Y el último ejemplo nos llega de Segovia, en donde un
escultor aficionado ha plasmado la pintoresca leyenda de que fue el mismísimo
Satanás el que construyó el Acueducto para conseguir una nueva alma para el
Infierno. Y como no podía ser de otra manera los siempre descerebrados
católicos han denunciado por ofensa a sus más que estúpidos sentimientos
religiosos al simpático artista. Y ahora tendrá que ser un juez el que decida
sobre algo que no tiene la mayor importancia. Y luego nos quejaremos que la
justicia es lenta ¡si es que está colapsada atendiendo las más que risibles
súplicas de los siempre ofendidos cristianos!
Estos piadosos y fervorosos creyentes en el más allá no habrán caído en la cuenta de que el todopoderoso, el que todo lo ve, el supremo sabelotodo, etc., ósea una especie de hacienda en el cielo, está tomando nota de aquellos que se comportan mal y le faltan al respeto. Lo cual quiere decir que cuando pasen por la ventanilla celestial, se le revisara sus cuentas, su débito y su haber, y tendrán que pagar su deuda o puede que recibir retorno. Y estos cavernícolas aun quieren darles una condena aquí en la tierra cuando les espera una bien grande allá en el infierno. Estos "lameculos celestial" pretenden ser más papistas que el Papa. Pretenden nada menos que suplantar a DIOS y darles una condena terrenal. Estos cavernícolas, pretenden crear un doblo código penal terrenal para los pecadores terrenales, ignorando, pecaminosamente, que esos delitos son jurisdicción de otro territorio penal, el celestial. Supongo que los abogados, no sé si será certero llamarles “del diablo” habrán recurrido a las estancias apropiadas para protestar y anular una denuncia que a todas luces desborda la jurisdicción terrenal.
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