Los verdaderos creyentes piensan que su vida depende de la
voluntad de su dios. Por tanto, cualquier acción es inútil ante la siempre
voluble deidad judeocristiana.
Y por ello si tu bebe enferma y eres un verdadero cristiano
lo mejor es dejar su destino en manos de la zarza ardiente, y como no puede ser
de otra manera el resultado es siempre el mismo: nada de milagros y el pobre
infante acaba muerto por falta de cuidados médicos, que ya sabemos que son
invenciones del Maligno para hacer dudar a los verdaderos cristianos.
Y así ha
ocurrido nuevamente en los siempre devotos EEUU, en donde una pareja de
alucinados cristianos consideraban que
"Los justos vivirán por la fe. Es Dios quien manda sobre las enfermedades y ese tipo de cosas y, por supuesto, en última instancia sobre la muerte."
Y por supuesto este par de dementes también estaban en
contra de las vacunas puesto que
"¿No deberíamos dejar que los débiles mueran y que los fuertes sobrevivan?"
En resumen, otro caso que demuestra la ignorante criminalidad
que conlleva la religión. Menos mal que la inmensa mayoría de los creyentes
sólo lo son de boquilla y en la práctica se comportan como ateos, porque esperar
algo de las invenciones de unos pastores de cabras de la Edad del Bronce solo
lleva al desastre más criminal.
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