Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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Es fácil no creer en un cuento como el de dios hecho hombre. Pero ¿y en el hombre hecho dios? No en el sentido que le da Asimov, con sublevación de robots y tal, que también me parece un camelo, es respecto de algo que ya tenemos aquí. ¿Qué opinas de estas conclusiones? A mí no me convencen pero me costaría mucho fundamentar mi discrepancia.
ResponderEliminarUn artículo sobre la cuestión ¿sería pedir mucho?
Perdón, se me ha olvidado poner el enlace:
ResponderEliminarhttps://vonneumannmachine.wordpress.com/2017/08/14/el-error-tecnofobo/
No entiendo eso de "el hombre hecho dios"
ResponderEliminarLlevamos siglos "jugando a ser dios", desde que el primer protocientífico allá por el año mil inventó la variolación, desde que se realizaron las primeras cirugías, desde que el pararrayos impide la ira divina y ese largo etcétera de avances que nos permiten controlar el entorno y nuestras vidas cada vez con más exactitud.
ResponderEliminarMe refiero al contenido del artículo. Defiende la manipulación genética hasta unos niveles inasumibles para mí y creo que podría argumentar con quién escribe. Pero dudo de que los míos no sean prejuicios de esta época que tenderán a superarse con el tiempo.
ResponderEliminarTenía interés en conocer tu opinión.