Una vez confirmado el suicidio de uno de los corruptos
emblemáticos de esta casta de biempensantes patrios, que son capaces de
vanagloriarse de España exhibiendo orgullosos pulseritas y banderas nacionales
mientras por otra parte roban a mansalva y destruyen la democracia y irruían de paso al
mismo país, quizás sea hora de que su ejemplo cundiera.
Porque sería de agradecer tanto desde el punto de vista
social, como judicial y hasta económico que los innumerables corruptos que
pueblan esa asociación mafiosa llamada Partido Popular siguieran el ejemplo de
Blesa y pusieran fin a sus execrables vidas de manera voluntaria.
Esta medida tendría la gran ventaja de que no tendríamos que
juzgar ni encarcelar a estos tan abundantes miserables, con el consiguiente
ahorro económico para las arcas públicas.
Claro que, de seguir este tan admirable ejemplo, entonces
los cementerios (civiles eso sí, porque la santa madre iglesia no permite el
suicidio) se llenarían a rebosar de altos cargos del PP, pues parafraseando la
famosa frase de Einstein
"Dos cosas son infinitas: la corrupción del PP y el universo; y no estoy seguro de lo segundo".
Más que la extinción física de las personas (producto del adoctrinamiento del Estado) creo que es mejor abogar por la extinción del Estado español y sus instituciones corruptas, para transicionar a formas de organización política y social más acordes con las realidades actuales. Ése es el futuro político de este país y cuanto antes asumamos la modernidad y el futuro menos lesivo nos resultará asimilarlo como sociedad. Al tiempo
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