Es evidente que los que tienen dinero viven en un mundo
aparte, con una justicia hecha a su medida y en donde los delitos tienen un más
que simbólico castigo. Y por supuesto, cuanto más poderoso es el individuo (o
en este caso la organización) más impune y reiteradamente se puede delinquir.
Porque sólo así se entiende que tras la violación de más de
4.500 niños en Australia, los culpables no haya pisado la cárcel y continúen
gozando de libertad y hasta de prestigio ya que únicamente se ha necesitado
poner encima de la mesa 200 millones de euros para indemnizar (si eso se puede
considerar algún tipo de reparación por haber destruido la confianza y la vida
de miles de personas) a las víctimas, de tal manera que a
la siempre intocable iglesia católica le ha salido cada violación por el módico
precio de unos 66.000 euros. ¡Y aquí paz y después gloria¡ y loado sea el
santoral católico por tamaño milagro.
Así que a lo mejor sería más que interesante empezar una
colecta (o un "crowdfunding" como ahora se dice en lenguaje moderno) para
que a medida que se fueran consiguiendo múltiplos de esos ya famosos 66.000
euros se fuera violando a miembros de la jerarquía católica, empezando por el
actual papa, después por arzobispos, obispos y así sucesivamente. Luego años
después, en caso de que el asunto pasase a mayores lo único que habría que hacer
es indemnizar a los afectados, en caso de que todavía sobrevivieran ya que como
es bien sabido, la alta jerarquía
católica no se caracteriza precisamente por su juventud. Yo por mi parte ya
tengo reservada mi más que sustanciosa aportación.
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