Aunque los cristianos más moderados hacen ímprobos esfuerzos
por esconder o minimizar el machismo patriarcal, que es la base del
Cristianismo siempre aparece el reverendo de turno para poner las cosas en su
sitio.
Así un
telepredicador protestante estadounidense ha enviado toda una serie de “avisos”
a esas mujeres que dicen ser cristianas pero que en realidad no cumplen con los
obligatorios preceptos de obediencia y sumisión a su verdadero dueño, su santo
y cristiano esposo.
Así además de la frase que sirve de título a esta entrada,
el muy cristiano reverendo ha indicado que
“La razón de la mayoría de los problemas en los matrimonios cristianos es el hecho de que las mujeres niegan la definición de matrimonio dada por Dios […] ellas creen que son partes iguales [al hombre dentro del matrimonio].”
Y por supuesto la culpa es de los padres, sobre todo de los
varones:
“La mayoría de las mujeres nunca han sido enseñadas por sus progenitores, en particular por sus padres y ese es su mayor problema, ya que no saben quién es el hombre, y piensan que él es otra mujer.”
Y la mujer debe ser obediente ya que
“Su secreto está en la obediencia, el secreto está en escuchar a su marido, el secreto está en hacer las cosas que a él le agradan. Cuando usted no hace las cosas que le agradan a su marido, está tomando el papel de una madre o de una hermana mayor.”
¿Ha quedado claro esposas cristianas? Pues por si ha quedado
alguna duda (ya que como acertadamente declararon los padres de la iglesia, la
mujer es un poco corta de entenderas) nuestro machista con alzacuellos
sentencia que
“Aprender a escuchar a su marido, practicarlo, decirse a sí misma que usted va a escucharlo porque es allí donde radica su belleza.”
Porque si no, pobre esposa pecadora
“Una vez que deja de escuchar, su belleza se evapora. […] La belleza está en la obediencia. Ahí es donde está la Gloria.”
¿Ha quedado meridianamente claro?
Y luego por supuesto es evidente que la religión es digna de
todo respeto y merecedora de los mayores parabienes.
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