Desde antiguo se ha impuesto la dogmática visión de que la
religión es un hecho totalmente ajeno a la comprensión y que la ciencia no
tiene nada que aportar, pero por supuesto esta irracional y errónea afirmación
está cada día más alejada de la evidencia.
A lo largo de los siglos pensadores y teólogos nos han
hablado de la religión como un ente misterioso emanado, como por arte de
birlibirloque, de la “voluntad” de cualquiera de los múltiples dioses
inventados por los más imaginativos miembros de nuestra especie, pero por
supuesto esto no deja de ser una ignorante e interesada visión por quienes
quieren que continuemos sumidos en la más irracional y atrasada ignorancia.
Aunque lo cierto es que la religión, como cualquier otra faceta humana tiene
una explicación racional sujeta al análisis, eso sí científico y no esas vacuas cuando
no interesadas elucubraciones de filósofo-creyentes.
Y un buen ejemplo es el reciente
estudio publicado en la prestigiosa revista PNAS, en donde investigadores
de medio mundo han abordado el complejo tema de la religión desde un punto de
vista racional. Así los científicos han encontrado que la religión lejos de ser
un fenómeno impuesto y externo al ser humano, tiene profundas imbricaciones
ecológicas y adaptativas dentro del marco del siempre ateo evolucionismo. Al
estudiar las más diversas culturas y religiones han encontrado una fuerte
correlación entre el tipo de religión y la ecología en donde viven el grupo de
creyentes. Así han encontrado que las
sociedades que viven en lugares más inhóspitos, en donde es más difícil la
supervivencia y en donde la comida, el agua y los recursos en general son más
escasos y difíciles de conseguir tienden a tener religiones con dioses más
estrictos y moralizantes que aquellos grupos que viven en entornos donde los
recursos son más abundantes. Es decir, en donde la supervivencia es difícil se
necesita una sociedad totalmente rígida y cohesionada, en donde la libertad de
pensamiento no tiene cabida. Mientras que las sociedades con recursos y riqueza
abundantes se pueden permitir tolerar la diversidad de opiniones en particular
y la disidencia en general.
Un ejemplo paradigmático que se encuadra perfectamente con
este estudio sería el mundo juedocristiano, mientras estuvo ligado al duro
entorno de Judea era un religión intolerante con un dios colérico y egomaníaco
que al extenderse por el rico Imperio Romano se convirtió en una religión más
amable, con un dios más misericordioso y menos vengativo. Explicaciones prosaicas
pero más ciertas y totalmente alejadas de los “elevados” motivos con los que los
sotanados de turno llevan siglos haciendo proselitismo.
increíble! Al final, era mas simple de lo que creíamos.
ResponderEliminarY que debemos pensar de Santa Claus que vive en el polo y es amable y reparte regalos??? Hasta los renos voladores son amables y no defecan como los prosaicos caballos, cosa que debemos agradecerle a estos cornamentados animales ya que un envio fecal de estos renos de dios que nos caiga del cielo es equivalente a mil palomas.........
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