El ejército español sigue anclado en la más profunda intolerancia y es capaz
de perseguir y encarcelar a cualquier persona que muestre la más mínima
disidencia o crítica hacia su anquilosados y dictatoriales usos y costumbres.
Porque no es de recibo que en una supuesta democracia occidental avanzada se
encarcele a un teniente del ejército por el simple hecho (o más bien osadía) de
publicar una novela de ficción en la que se denuncia el autoritarismo, la
corrupción, el nepotismo, los abusos habituales en nuestras opacas y
anquilosadas fuerzas armadas que bajo la excusa de la defensa del país se han
convertido en un reducto intocable de ladrones, fascistas y santurrones
nacionalcatólicos.
Si a estas alturas no se pude escribir un libro con personajes que dejen mal
parado al ejército español pues ya me contarán ustedes que mierda de democracia
es la que tenemos. Pero ya se sabe que en este país tanto el Ejército como la
Iglesia son intocables.
esto me recuerda a la reforma del ejército que se intentó en la segunda república, pero no le gustó al ejército y hicieron un golpe de estado
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