Matrix España

Hace unos días que se celebró el aniversario de la Constitución española en donde todos los altos cargos del poder (electos y fácticos) mostraron su hipócrita satisfacción por tan memorable evento. ¿Pero de verdad había algo que celebrar?

Vivimos en una democracia secuestrada por el filofascismo que parasita todas y cada una de las esferas: gobierno, parlamento, sistema judicial, seguridad del estado, etc., teniendo el dudoso honor de ser uno de los países del mundo con más desaparecidos provenientes del genocidio franquista, mientras no pasa día alguno en donde no se siga homenajeando impunemente la memoria de los abyectos que perpetraron esos execrables crímenes. 

Se desahucia de sus casas a cientos de miles de familias desesperadas con hijos menores de edad incluidos, en un verdadero apartheid económico que les envía directamente a la exclusión social, la miseria y la mendicidad mientras el estado sigue dilapidando decenas de miles de millones de euros en el pozo sin fondo que se ha convertido el sistema bancario español. Dinero que únicamente sirve para tapar los crímenes económicos de banqueros que encima siguen aumentándose el sueldo impúdicamente con cargo a los mismos ciudadanos que han llevado a la miseria más absoluta.

Se desmantela la sanidad pública, que ha costado décadas en construir en nombre de una supuesta superior eficiencia de la iniciativa privada, cuyo resultado final será el que millones de personas de las clases más humildes queden abandonadas a su suerte. Y todo ello para aumentar la cuenta de beneficios de las grandes corporaciones del sector y el enriquecimiento ilícito de los mismos gobernantes que han regalado criminalmente los hospitales a esas mismas empresas y que luego les contratan sin pudor alguno como asesores con sueldos millonarios.

Se destruye la enseñanza pública con la excusa de la crisis mientras por el contrario se aumentan los presupuestos destinados a la escuela concertada controlada por la iglesia católica, escuela en donde se adoctrina en el sexismo, la homofobia, la sumisión al poder y el papanatismo religioso. Y mientras miles de profesores de ciencias, historia o literatura son despedidos en la enseñanza pública y el resto tienen que trabajar más por unos sueldos cada vez más pequeños, los "profesores"(o más bien deformadores de conciencias) de religión católica siguen aumentando su número en la escuela pública con sus sueldos blindados por el todopoderoso Vaticano.

Así que después de todo, la realidad es que en España vivimos en una pseudodemocracia de novela de ciencia ficción al estilo de Matrix, en donde todo es fachada e ilusión y en donde la cruda realidad es que estamos siendo utilizados como soporte vital de banqueros, especuladores, sotanados y nacionalfascistas y todo ello en un estado cada vez más opresoramente orwelliano y corrupto.