En estas tan cristianas fechas celebremos la
buena nueva que nos trae el
cruzado de la ultramontana y nacionalcatólica derecha española San Alberto Ruiz
Gallardón (que por sus méritos será prontamente elevado a la gloria de los
altares) para satisfacer a los sotanados que dicen representar al niño-palomo judío
cuyo nacimiento conmemoran hoy en medio mundo.
Para que incrédulos, ateos y demás gente de
mal vivir no lo olvidemos, San Alberto Ruiz Gallardón nos acaba de recordar que
como manda la santa madre iglesia hemos venido a este valle de lágrimas a
sufrir y a penar. Por ello, nuestro ministro meapilas ha decidido aportar su
pequeño pero importante grano de arena en esta santa cruzada contra el
relativismo moral, la libertad sexual, los derechos de la mujer, la separación
entre iglesia y estado y demás zarandajas nacidas de la atea Revolución
Francesa (si es que se empieza por guillotinar a un rey católico y se acaba en
un pozo de perversión y maldad).
Así, con esta santa ley se torna al recto camino (que nunca debería haber sido olvidado) en el cual la mujer vuelve a ser considerada (como dios manda y los padres de la iglesia nos lo recuerdan sabiamente) un ente inferior incapaz de tomar sus propias decisiones, necesitado siempre de la estricta guía moral de quien mejor conoce sus intereses (es decir, esos ancianos supuestamente vírgenes con alzacuellos, capaces de interpretar en su infinita sabiduría todas las cuestiones del siglo XXI apoyándose únicamente en un libro inventado por unos analfabetos funcionales que pastoreaban cabras en los desiertos palestinos en sus tristes noches de soledad y frío), y cuya primordial función vuelve a ser la de parir el mayor número de niños para aumentar el tan necesitado rebaño católico (ya que el perverso moro con su demoniaca fecundidad intenta sin descanso acabar con la primacía mundial del orbe católico) y ya de paso permitir algunas inocentes expansiones de los sacerdotes célibes (porque ya se sabe que la mente y la fe del pastor son fuertes pero ¡hay!, desgraciadamente la carne es débil y es que además esos tiernos picaruelos monaguillos es que van siempre provocando).
Así, con esta santa ley se torna al recto camino (que nunca debería haber sido olvidado) en el cual la mujer vuelve a ser considerada (como dios manda y los padres de la iglesia nos lo recuerdan sabiamente) un ente inferior incapaz de tomar sus propias decisiones, necesitado siempre de la estricta guía moral de quien mejor conoce sus intereses (es decir, esos ancianos supuestamente vírgenes con alzacuellos, capaces de interpretar en su infinita sabiduría todas las cuestiones del siglo XXI apoyándose únicamente en un libro inventado por unos analfabetos funcionales que pastoreaban cabras en los desiertos palestinos en sus tristes noches de soledad y frío), y cuya primordial función vuelve a ser la de parir el mayor número de niños para aumentar el tan necesitado rebaño católico (ya que el perverso moro con su demoniaca fecundidad intenta sin descanso acabar con la primacía mundial del orbe católico) y ya de paso permitir algunas inocentes expansiones de los sacerdotes célibes (porque ya se sabe que la mente y la fe del pastor son fuertes pero ¡hay!, desgraciadamente la carne es débil y es que además esos tiernos picaruelos monaguillos es que van siempre provocando).
¿Que algunos de esos niños nacerán con
malformaciones? Pues que se le va a hacer, es designio divino y nosotros (y
mucho menos sus futuras madres) somos nadie para contradecir su sagrada voluntad. Mejor
tener cristianos incapacitados físicos (puesto que psíquicamente la mayoría del
rebaño ya lo es) que permitir que el demonio musulmán nos supere en número.
Y claro, nada de piedad o conmiseración con aquellas
gestantes que faltando a su sagrado deber maternal, opten cobardemente por
segar la vida de su inocente
mórula o blástula con alma inmortal incluída (aún cuando el
resultado sea un monstruoso alumbramiento como ya hacen otros cristianos países
latinoamericanos de los que debemos aprender) y al tener que ponerse en manos
de matarifes del tres al cuarto en condiciones de falta de higiene y seguridad
sanitaria acaben muriendo. Para ellas, únicamente desearles una bien merecida eternidad
de sufrimiento y castigo en el Averno bajo la batuta de Satanás y sus
infernales huestes. Pero eso sí, sólo recordar que dios es infinitamente misericorde con sus ovejas.
Buen artículo compa. Como veo que ya has leído, yo creo ver algo más que el nacionalcatolicismo de siempre: http://onanismoaltermundista.blogspot.ie/2013/12/la-ley-del-aborto-como-estrategia.html
ResponderEliminarSalud,me fastidia bastante poner solo citas pero...como mejorar esto?
ResponderEliminar"Si insistimos en que la biblia es cierta en su literalidad, entonces tenemos que abandonar total y completamente el método científico. No hay modo en que podamos al mismo tiempo tratar de descubrir la verdad mediante la observación y la razón, y aceptar la biblia como verdadera."
Isaac Asimov.
Tal cual, aunque solo faltaria poder probar las relaciones de Galardon y organizaciones ultra catolicas rayanas en las sectas destructivas... no olvidemos, delito en este pais.
ResponderEliminarhttp://felixcuesta2003.blogspot.com