Pues sí, en EEUU tierra cristiana por excelencia se pueden
llegar a dar las situaciones más ofensivamente surrealistas en el constante
intento de proselitismo religioso por parte de los fanáticos religiosos.
Escuchen el relato que David Silverman, presidente de la Asociación Americana
de Ateos hace del caso:
“Imagínese que usted es la víctima de un delito. Usted está traumatizado. Usted ve a alguien salir de un coche de policía y que empieza a caminar hacia ti. Él muestra su identificación, proporcionada por la policía y pasa bajo la cinta de la escena del crimen. Se sienta a su lado y usted piensa, "¿Quién es este tipo? ¿Un trabajador social? ¿Un consejero de crisis?”
Pues no, es
simplemente uno de los 37 pastores evangélicos contratados por el ayuntamiento de Montgomery, Alabama para que:
“te cojan de las manos, empiecen a hablarte sobre el plan de Dios y que inmediatamente se ponen a rezar para que vayas a Jesús.”
Por si les queda alguna duda, les dejo con
los comentarios del capellán oficial de la policía de
Montgomery sobre esos críticos momentos:
“Cuando se encuentra un grupo de personas cuyas vidas han sido adversamente afectados: un gran incendio en un complejo de apartamentos, un problema en una comunidad determinada, una tormenta o un desastre ... Es una ventaja para evangelización. Es decir, que una vez que entro dentro de su zona de confort y ambos nos convertimos en uno, puedo determinar cuáles son sus necesidades espirituales y puedo ser capaz de compartir con él la palabra de Cristo."
¿Entienden la desvergonzada sinceridad del
capellán, que se sirve de la terrible manipulación de aprovecharse de esos
momentos de shock (en donde cualquier ciudadano está absolutamente desprotegido)
para hacer interesado proselitismo religioso con cargo al dinero público y pescar
así un nuevo e indefenso acólito?
Por favor, legalizacion de la guillotina yaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarEsto me recuerda que, hace años, hubo una comisión de la Xunta sobre Trabajo presidida por un fulano que, por todo mérito, tenía el ser licenciado en teología. Los graciosetes de turno pensamos que era una muestra clara de que ésto no lo arreglaba ni Dios.
ResponderEliminarY lo peor era que teníamos razón.