Hasta hace poco tiempo existía la ilusión de que al menos en
el primer mundo se habían alcanzado unos derechos laborales que permitían a los
trabajadores vivir con una mínima dignidad. Pero si se analizan en profundidad los
detalles de este mundo neoliberal esta utopía se viene abajo por completo.
Así se acaban de publicar dos noticias en principio nada
relacionadas pero que son una muestra evidente del nivel de degradación
existente en este corrompido mundo de las relaciones laborales. La primera tiene
como protagonistas dos de las mayores multinacionales mundiales: VISA y
McDonalds. Ambas
empresas haciendo gala en una prepotente visión laboral "enseñan" en
una web a sus empleados a controlar sus finanzas para así poder llegar a fin de
mes. ¿Y cuál es la mágica solución empresarial para que los denigrados y
explotados subempleados de las hamburgueserías McDonalds tengan un nivel de
ingresos mínimamente digno que les permita sobrevivir? Pues para estos gigantes
de la economía globalizada la solución es sencilla a la par que denigrante: que
los trabajadores tengan dos trabajos, uno a tiempo completo y otro a tiempo
parcial por lo que si son capaces de cumplir con la suma de jornadas laborales
que asciende a 74 horas semanales (es decir 10,5 horas diarias si trabajan los
7 días de la semana o 12,3 horas al día si son tan blandos que necesitan de un
día de descanso porque si quieren vivir como reyes descansando todo el fin de
semana debería trabajar entonces una media de 14,8 horas los restantes cinco
días laborables) conseguirán los emolumentos necesarios para llegar a fin de mes.
Estos datos muestran con total frialdad la descarnada forma de pensar de los
ejecutivos del siglo XXI, capaces de alardear en su propaganda con conceptos de
explotación laboral cercanos a la esclavitud que creíamos haber superado al
menos en el primer mundo hace ya prácticamente un siglo. Y no olvidemos que
McDonalds es una empresa global con una facturación de decenas de miles de
millones de dólares, que tiene decenas de miles empleados repartidos por todo
el mundo por lo que sus "recomendaciones" son tenidas en cuenta por
multitud de gobiernos de todo el mundo.
Y si la primera noticia es ofensivamente descorazonadora,
esperen a la segunda que muy probablemente les revolverá las entrañas. Según
información de la Organización Internacional del Trabajo unos 3,5
millones de niños mexicanos menores de edad están trabajando en la actualidad.
Y no supongan que lo hacen a tiempo parcial ayudando a los pequeños negocios de
sus progenitores ya que cerca de 600 mil de ellos lo hacen en jornadas
completas y además en actividades de alto riesgo laboral, como la agricultura,
la minería o la construcción. El caso de la minería es particularmente
desolador ya que las condiciones de estos niños explotados son penosas, ya que
por su baja estatura pueden trabajar en galerías más pequeñas que los adultos
por lo que son los preferidos por las empresas mineras para así ahorrarse
costes de producción, son obligados a trabajar en jornadas excesivas y a
temperaturas extremas, al estar trabajando ilegalmente realizan sus funciones manejando
maquinaria pesada y herramientas sin ningún tipo de protección y entran en
contacto con productos químicos que en muchos casos dejan secuelas físicas
irreparables, eso si no sufren alguno de los terribles accidentes que son
habituales en este tipo de minas ilegales, no sujetas a ningún control laboral y
que no cumplen con ninguna normativa mínima de seguridad.
Así que parece ser que la explotación laboral más salvaje
vuelve a campar a sus anchas si es que alguna vez había sido abandonada en este
mundo en el que millones de personas malviven explotadas para que unos pocos
sigan amasando fortunas cada vez más indecentes.
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