Clínica neozelandesa completamente holística: Reiki, cromoterapia y tratamientos de "magia y hechicería"

A lo largo de los años, en múltiples entradas del blog he desarrollado la hipótesis de que una vez abierta la puerta a la superstición en cualquiera de sus variantes, los individuos van acumulando más y más de estas variopintas alucinaciones de tal forma que al final es muy frecuente encontrar individuos que además de religiosos, creen en horóscopos, espíritus, OVNIs, conspiraciones, etc. Así, una vez que alguien empieza a ser crédulo no puede parar y al final acaba siendo un incauto integral incapaz de mantener el mínimo razonamiento lógico y crítico.

En este contexto, el último ejemplo de esta indiscriminada adhesión a múltiples supercherías nos viene desde las antípodas neozelandesas. Allí, en el tranquilo distrito de Whanganui existía una clínica de terapias naturales, en donde los avispados sanadores estafaban sosegadamente a incautos e ignorantes varios con la habitual panoplia de trucos de feriante basados en el efecto placebo: energías curativas, Reiki, terapias de color, etc. Nada fuera de lo normal en este mundo lleno de maravillosos tratamientos alternativos a disposición de inquietos neohippies que buscan una conexión mística con el Universo energético-espiritual. Pero se ve que o bien la crisis también llegó al país del kiwi (y la necesidad de aumentar la facturación urgía) o bien en un afán de ampliar los servicios (siempre pensando en los intereses y necesidades de los pacientes, no seamos mal pensados) la mencionada clínica decidió ofertar nuevos tratamientos de "magia y hechicería" a sus potenciales clientes. Así como lo oyen, en pleno siglo XXI un paciente podía ir a esta clínica y recibir un tratamiento combinado de Reiki y sortilegios varios. Todo en uno. No me digan que no muestra una asombrosa eficacia esta nueva versión holística que combina todas las fuentes arcanas del conocimiento médico.

Pues bien, finalmente las autoridades sanitarias del país decidieron tomar cartas en el asunto (no sé si mediando denuncia por parte de la iglesia católica local, que podría ver con malos ojos este evidente intrusismo profesional en el campo de los exorcismos que con tanto éxito llevan monopolizando siglos) y cerraron la mencionada institución curativa. Cosa que personalmente no entiendo, ya que no existe diferencia alguna en estafar a un desprevenido ignorante mediante la imposición de manos del Reiki o con la administración de agua bendita (total, ese agua es homeopática como las pastillas que vende la multinacional Boiron) durante el recitado de complejas letanías en lenguas muertas.