Las empresas multinacionales del planeta están
deslocalizando sus fábricas y centros de producción a países del tercer mundo
argumentando que los costes de fabricación en esos países son más baratos y que
sus factorías en España, Reino Unido o cualquier otro país medianamente
desarrollado son en la práctica ruinosas. Esta afirmación en principio tan categórica
esconde una de las mayores falacias del pensamiento único neoliberal: la
supuesta competitividad entre países. El neoliberalismo rampante sólo considera
los gastos directos derivados de la actividad empresarial. Y claro así no salen
las cuentas porque comparemos. Fabricar algo en Europa no sólo implica salarios
altos (aunque cada vez más menguados) de los trabajadores, sino cumplir toda
una legislación más o menos protectora de los individuos, la sociedad y el
medio ambiente. Y por el contrario en el tercer mundo los sueldos (eso cuando
no se fabrica explotando directamente mano de obra esclava o infantil) no sólo
son mucho más bajos, sino que sobre todo la ausencia de legislación o la
incapacidad para aplicarla permiten transferir la gran mayoría de los gastos de
producción al paupérrimo país que acoge la fábrica. Por todo ello, para evitar este
dumping que deforma la realidad económica, las multinacionales deberían ser
responsables en el país en donde tienen su sede social de todos sus desmanes en
el tercer mundo, porque escudarse en el trabajo infantil, la explotación de los
trabajadores, la contaminación de los ecosistemas y el resto de prácticas
criminales que habitualmente practican, para externalizar hacia los países más
pobres sus delitos no sólo es distorsionador sino que también es directamente delictivo.
Así muchos de los famosos milagros económicos de grandes multinacionales tanto
españolas como extranjeras quedarían en evidencia y al saberse la realidad
hasta ahora escondida, a lo mejor cambiaba la apreciación social de esos
supuestos magos de la economía capaces de crear imperios transnacionales pero a
costa del sufrimiento de millones de personas del tercer mundo.
En este contexto la reciente noticia publicada por el diario
EL
País puede ser un punto de
inflexión. En ella se comenta que por primera vez un grupo de campesinos y
pescadores nigerianos, asesorados por la ONG Amigos de la Tierra, han denunciado
ante un juzgado holandés a la compañía petrolera multinacional petrolera Shell por contaminar
el delta del río Níger con sus malas prácticas empresariales ya que en un
país sin legislación ambiental alguna en la práctica, la multinacional no ha
tenido porqué invertir un sólo euro en trabajar de forma eficiente, con lo que ha
podido permitirse a lo largo de los años error tras error, accidente tras
accidente y desastre natural tras desastre natural hasta llegar a la situación
actual, en donde están contaminados miles de kilómetros cuadrados con millones
de litros de petróleo vertidos al frágil ecosistema del mencionado rio de tal
forma, que estos terribles vertidos están haciendo enfermar a miles de personas
del país africano. Ahora sólo falta
esperar que la justicia holandesa estime la culpabilidad de Shell y que además de
sentar jurisprudencia y condenar a la empresa a fuertes sanciones económicas
alguno de sus altos directivos acabe en prisión purgando su avaricia
depredadora.
Les dejo con el estremecedor documental Poison Fire sobre el tema
P.D. a 30/01/2013
La justicia está de
enhorabuena puesto que la
multinacional petrolera angloholandesa Shell ha sido condenada finalmente por
la justicia holandesa por contaminar el delta del río Níger.
Hay una guerra mundial no declarada desde hace muchos años por parte de los grandes propietarios contra el resto de la población de la Tierra. Deberíamos juzgar a todos ellos igual que se juzgó a los líderes nazis.
ResponderEliminarPero Ateo,¿cómo puedes llamar falacia a la competitividad entre países, y muy especialmente ahora? Más que ideología es un hecho comprobado científicamente -al nivel de las ciencias sociales-, y no es más que la oferta y la demanda (de trabajo): si hay gente dispuesta a trabajar más barato, todo el mundo tendrá que trabajar más barato, y si hay legislación que impide que esto ocurra en un país el gobierno acabará -o no- por adoptar medidas neoliberales para que baje el paro y así tener un motivo menos de crítica. Lo peor de todo es que lo llames falacia cuando la demostración empírica está ocurriendo hoy mismo, a diario.
ResponderEliminarTampoco podría proponerse que todos los países del mundo adoptaran al mismo tiempo un salario mínimo porque los países menos desarrollados se quedarían sin inversión: ¿por qué fabricar cosas al precio más bajo posible en un país que no voy a poder venderlas? ¿O en un país con menos infraestructura y control de las mafias? Aparte de que cualquiera con el poder suficiente para siquiera intentar empezar una iniciativa así sería atacado de inmediato por toda la élite económica vigente.
La oferta y la demanda (de trabajo) son inherentes al capitalismo, y mientras la gente no quiera probar otro sistema va a haber que vivir con esto.
Steve
ResponderEliminarLo llamo falacia porque se nos intenta vender como inexorable e inmutable algo que es simple ideología y por tanto algo que puede cambiarse si así se decidiera. La ausencia de reglas económicas actual basada en la cesación de las obligaciones del estado podría terminar en el mismo momento en que los estados así lo quisiesen. Por ejemplo si se aprueba la famosa tasa Tobin, si los estados persiguiesen el fraude en los paraísos fiscales como ha hecho Alemania comprando los listados de sus millonarios defraudadores. O siguiendo el ejemplo de Suecia que hace algún tiempo aprobó una ley que permitía perseguir a sus ciudadanos pederastas que se iban a Tailandia a hacer turismo sexual con menores. Con esa ley aunque un sueco haya cometido el delito en un país en donde no se persiga puede ser acusado y condenado en Suecia. Entonces si como digo en la entrada se extienden esa jurisdicción a todos los delitos tipificados en el código penal de los países avanzados, las reglas de la competencia cambiarían a mejor. Y tu argumento de la oferta y la demanda está viciado, en España o Inglaterra hace un siglo era legal el trabajo infantil o en condiciones de semiesclavitud y eso ha cambiado así que no tenemos que resignarnos y debemos ampliar unos derechos humanos mínimos a todo el conjunto de la humanidad. El capitalismo ha ido cambiando con las leyes, lo que pasa es que ahora estamos volviendo a sus orígenes más salvajes porque los gobiernos están al servicio del gran capital. Quizás no podamos obligar a que Indonesia deje de usar mano de obra esclava peor si podríamos encarcelar al dueño o a los altos ejecutivos de Nike, Adidas, Zara o H&M si al aplicarse el tipo de leyes que propongo y que como te comenté antes ya existen contra la pederastia en Suecia se demostrarán que ganan dinero esclavizando niños o adultos.