A la vista de los brutales y hasta criminales recortes en prácticamente
todas las partidas presupuestarias del gasto social español es hora de la reflexión.
La democracia se basa en la participación ciudadana en los asuntos públicos más
allá de votar en unas elecciones cada cuatro años. Pero para ello el ciudadano
debe estar informado y mucho antes debe vivir con unas mínimas condiciones de
dignidad y de seguridad tanto personal como económica. Porque en realidad, no
puede existir una verdadera democracia sin un estado de bienestar para todos
los ciudadanos, ya que ¿qué tipo de derechos políticos van a ejercer los más
desfavorecidos si no los tienen laborales o sociales que les permitan vivir
dignamente?
Si nuestros hijos no pueden recibir una educación de
calidad, democrática e integradora ¿qué tipo de ciudadanos van a ser el día de
mañana? Si la educación queda en manos de la iglesia católica y sus órdenes
religiosas, como parece ser el objetivo final de nuestros gobernantes
conservadores tras los brutales
recortes a la escuela pública y el aumento
de las ayudas a la enseñanza privada, nuestros hijos no serán personas
libres sino súbditos apegados a la superstición religiosa y humillados tanto
ante el poder humano como el divino.
Si una persona no puede acceder una sanidad de calidad ¿cómo
se va a preocupar de los problemas en su municipio o el tipo de leyes aprobado por
el parlamento? Bastante tendrá con intentar sobrevivir sin arruinarse pagando
costosas facturas médicas al estilo norteamericano.
Sin derechos laborales y dependiendo del arbitrio o del capricho
del empresario tal y como ha quedado el mundo profesional tras las últimas
reformas gubernamentales, los trabajadores quedan en una situación total de
indefensión bastante parecida al capitalismo salvaje del tenebroso y explotador
siglo XIX tal y como desean
muchos de nuestros empresarios patrios.
Claro que seguramente, lo que al final se quiere es copiar el
sistema democrático norteamericano, en donde casi ningún pobre vota y mucho
menos ejerce sus derechos políticos, sociales o laborales porque bastante tiene
con intentar sobrevivir día a día, abandonados por el estado y dependiendo de las
miles de iglesias y cultos que proliferan en el país, las cuales intentan
suplir la falta de justicia social mediante caridad, pero eso sí bajo el
terrible coste de fomentar la ignorancia, la superstición y el fanatismo
religioso. Y así al final, dejar el país en manos de las clases acomodadas,
para que hagan y deshagan a su antojo en una pseudodemocracia de mentira,
únicamente fachada y desprovista de todo contenido real.
Creo que es hora, nos dejemos de discutir, que si de derechas o de izquierdas. Y la religión que cada uno crea en lo que quiera, ---pero pagándosela---. Y todos unidos darle un vuelco a este sistema financiero y político, que nos tienen llenos de guerras, sufrimientos y miseria.
ResponderEliminarLa verdad es que si todo tu argumento lleva a concluir si queremos seguir el modelo americano, te podría sorprender la cantidad de gente que peude pensar que no está tan mal. Mejor que muchos otros, desde luego.
ResponderEliminarJuan
ResponderEliminarPues que quiere que te diga. Yo prefiero el modelo escandinavo. Altos impuestos para todos pero sobre todo para las grandes fortunas y un gran estado del bienestar. Porque el modelo norteamericano es fantástico siempre que estés entre el 1-10% de la población más rico porque el resto y no digamos ya el 30% más pobre las pasan canutas, aunque la bonita propaganda y lavado de cerebro del sistema les venda que en cualquier momento se pueden hacer ricos. Simplemente para darte un ejemplo que comenté en la entrada
http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2012/06/el-maravilloso-sistema-sanitario.html
el 40% de los trabajadores estadounidenses tienen deudas debidas a tratamientos médicos y que las facturas médicas impagadas son responsables del 60% de los casos de ciudadanos en bancarrota en el país. Es decir, no estamos hablando de homeless sino de personas normales con trabajos, casa o coche. Pero claro, es que en el país de la libertad no se puede obligar a tener un sistema sanitario "socialista o liberal". Es mejor tener la libertad de arruinar a toda tu familia en cuanto te detectan una enfermedad seria o como esos 50 millones de estadounidenses que no pueden pagar un seguro médico, tener la libertad directamente de morirte sin hacer mucho ruido.
Puede ser que el modelo escandinavo sea mejor. Pero mi argumento no es que haya modelos mejores, sino de tu conclusión de que por este camino vamos al modelo americano como si fuese lo peor que nos podría pasar. Por otra parte no pierdas de vista que, aparte de los marginados sociales que evidentemente quedan fuera de la protección del Estado (habría mucho que hablar de lo que pasa aquí con etnias automarginadas completas) hay mucho ciudadano irresponsable que no considera necesario tener un seguro médico si, como ocurre allí, puede no hacerlo. Como ocurre aquí con el seguro a todo riesgo del coche, nada más que en ese caso lo que está en juego es la salud. Tengo una experiencia muy breve de contrato allí y, desde luego, lo primero que hicieron fue procurarme un seguro médico, eso sí, privado y a descontar directamente de mi sueldo. Particularmente, me parece mejor que todo el mundo tenga asistencia sanitaria, que haya control de armas y que no exista la pena de muerte, pero me lo pienso mucho antes de calificar como lo peor a un sistema que, entre otras muchas cosas, nos ha proporcionado el propio medio en el que nos estamos ahora expresando.
ResponderEliminarJuan
ResponderEliminarPor supuesto que hay cosas peores que vivir en los EEUU, y al paso que vamos siguiendo la estela de los pobres griegos lo mismo acabamos como cualquier pais del tercer mundo.
Con respecto a tu frase final decir que aunque EEUU tiene cosas positivas, pienso que la suma es manifiestamente mejorable y por ello debemos a aspirar por lo menos a igualar y a superar incluso el sistema escandinavo y no quedarnos asombrados por el injusto modelo norteamericano.