No
sé que es peor, si los fundamentalistas religiosos atacando directamente la
ciencia e intentando destruirla o la postura de los religiosos moderados que
quieren canalizar y definir lo que la ciencia debe hacer o dejar de hacer. En
este último punto está siempre el catolicismo con el Vaticano a la cabeza. No
se enfrentan directamente a la ciencia pues no son tan fanáticos y cerriles
para ello, pero sin embargo intentan amoldar la ciencia al absurdo libro revelado por un dios ignorante
a un judío analfabeto de hace dos milenios. Así la iglesia católica ha reunido
en el sínodo vaticano a 350 científicos, políticos y religiosos para debatir sobre
los logros y límites de las células madre para la curación de enfermedades. Por
supuesto intentan imponer su visión analfabeta y retrógrada de que las células
embrionarias son pecado y solo se debe investigar en las células madre adultas.
Ya comenté en una entrada
anterior el nulo aporte científico de esta aproximación y los datos cada
vez más importantes que indican que esta aproximación no va a tener futuro ni validez
científica. Pero con su habitual habilidad han reunido a científicos
prostituidos junto con dogmáticos como el secretario de Salud del antiguo presidente
norteamericano George W. Bush, el católico Tommy Thompson, que ha pontificado como
sólo un creyente ignorante y prepotente puede hablar "Simplemente no creo
que el hombre pueda diseñar algo superior a lo que el buen Dios nos ha dado:
nuestro cuerpo. Por eso me encanta esta ciencia y esta conferencia, se centra en
las células madre adultas". Como siempre, un individuo sin curiosidad, ni
inteligencia hace de su ignorancia una cosa positiva y achaca esta misma
prepotente ignorancia a un supuesto dios. Él y los de su estirpe saben
fehacientemente lo que piensa su omnisciente dios y así dedican toda su vida a
indicarnos el camino de lo bueno, lo moral y lo correcto. También el presidente
de la Academia para la Vida, el obispo Carrasco de Paula, ha asegurado con la
siempre presente doble moral de la iglesia católica: "La Iglesia no está
contra la ciencia ni condena el trabajo del hombre con la naturaleza, salvo que
no sea compatible con los propósitos éticos dirigidos al bien común". ¿Y quién
sabe cuál es el propósito ético compatible con el bien común? Pues sólo los
verdaderos iluminados católicos. El resto de humanidad somos unos impíos
ignorantes que debemos dar gracias por tener a estos esforzados y piadosos
santos capaces de conducirnos por la senda correcta. Otro conferenciante el
reverendo Tomasz Trafny que es jefe del departamento de Ciencia y Fe del
Consejo Pontificio para la Cultura (vean como manipulan y retuercen el
significado de las palabras los católicos. Ciencia y fe son dos conceptos tan
antagónicos que sólo un manipulador tan experimentado como el Vaticano se atreve
a mezclarlos) reiteró que "no hay razones para sacrificar vidas humanas, cuando
hay tecnologías que hacen lo mismo sin dañar a nadie y sin provocar ninguna
dificultad moral". Estimado ignorante, unas decenas o centenas de células
indiferenciadas no son un ser humano. Nadie en su sano juicio, salvo los
fanáticos religiosos, considera que comerse una castaña (que tiene todo el
potencial de convertirse en un magnífico árbol décadas después) es lo mismo que
talar un castaño centenario. Y así con estas estratagemas, el Vaticano intenta
dirigir y conducir la investigación científica por los caminos que permite su
estrecho, inculto y dogmático libro sagrado.
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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