Para continuar con mi post anterior sobre la desfachatez de los religiosos a la hora de encontrar a su dios en cada suceso positivo que ocurre en el mundo, sólo hay que recordar el famoso y reciente caso de los mineros chilenos rescatados de una mina. Cuando se produjo el tan ansiado momento, el presidente chileno siguiendo la pauta dominante declaró “Los encontramos con la ayuda de Dios”. Además durante todo el proceso como no podía ser de otra manera “Los obispos chilenos bendijeron a Dios y elogiaron las muestras de confianza en Dios, la Virgen y los santos”. En cambio el esfuerzo de los especialistas en rescates, la tecnología y el asesoramiento la NASA son simples detalles anecdóticos que no deben empañar el feliz momento y quitar protagonismo al misericordioso dios que ha permitido en su infinita bondad finalizar con éxito el rescate. Como dijo el célebre biólogo Thomas H. Huxley:
"Cenicienta [la Ciencia] [...] enciende el fuego, barre la casa y cocina la cena, y se la recompensa diciéndole que es una criatura vulgar, dedicada a intereses bajos y materiales. Pero en su desván ella tiene visiones fantásticas que están fuera del alcance de las dos hermanastras [la Teología y la Filosofía] que están peleando en la planta baja."
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