Pero cualquier persona se sentiría sorprendido, totalmente incomodado y casi hasta ofendido si esa misma conversación se diera por parte de un adulto más o menos desconocido. Pues esta situación es algo con lo que cualquier ateo o simple racionalista tiene que lidiar casi diariamente en su vida cotidiana.
Porque en cualquier momento se nos puede acercar un desconocido que viene a informarnos de la “buena nueva” consistente que un nazareno demente y analfabeto que vivió supuestamente hace dos milenios fue torturado y murió horriblemente por nuestros “pecados”.
Y después, esas mismas personas nos informan (con toda su ignorante maldad) que si no aceptamos a ese demente judío en nuestro corazón y por supuesto, además no le rendimos adecuado homenaje postrándonos de rodillas todos los domingos ante su sanguinolenta imagen (amén de ofrecer generosos donativos a sus supuestos vicarios aquí en la Tierra) terminaremos sufriendo terribles torturas por toda la eternidad, aun cuando hayamos sido los ciudadano más ejemplares de la nación.
Para que luego digan que los ateos no tenemos paciencia alguna y somos insensibles, intolerantes y hasta agresivos con las estúpidas ovejas del señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario