Los creyentes juegan tramposamente con dos barajas a la hora
de hablar sobre su dios. Primero empiezan afirmando que el dios que puso en
marcha el Big Bang y ya de paso todo el Universo es incognoscible, para
enseguida asegurar sin duda alguna que este dios “misterioso” prefiere contradictoriamente a los hombres
barbudos, con tirabuzones o completamente afeitados, vestidos de riguroso traje
negro o con una túnica azafrán, que está prohibido comer carne de vaca o de
cerdo, que a la deidad le agradan las mujeres sumisas y serviles, que debemos
arrodillarnos los viernes, los sábados o los domingos y el resto de alienantes
y estúpidos rituales inventados por analfabetos dementes para solaz de
semideficientes mentales, tal y como muy irónicamente indica Yuval Harari en el
siguiente video.
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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