Hasta ahora únicamente sabíamos que la iglesia católica sentía
debilidad por los abusos sexuales y violaciones a menores de edad, pero parece
que esta asociación mafiosa no puede parar de cebarse con los más débiles.
Así en África en terrenos y dependencias
de la iglesia católica se explota laboralmente a menores de edad, algunos
de ellos de tan sólo 10 años, en extenuantes jornadas laborales transportando
sacos de plantas de te o escardando las malas hierbas. Así mientras el papa Francisco denuncia la explotación
laboral infantil en el mundo, sus acólitos africanos hacen un buen negocio. Vamos,
como dice el viejo refrán: a dios rogando y con el mazo dando.
gracias por tu blog, gracias por ayudarnos a entender con la razón.
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