El CIS ha publicado en su barómetro de mayo de 2010 algunos datos interesantes sobre religión en España. Según dicho estudio el 74% de los españoles se declara católico mientras que el 22% se considera no creyente en ninguna religión o directamente ateo. Comparando con encuestas equivalentes también del CIS de hace una década en donde el 85% de los encuestados se declaraba católico y sólo un 12% no creyente/ateo se corrobora una clara perdida de religiosidad en la sociedad española. Vistos en conjunto estos datos parecen indicar que aún así en España existe todavía un fuerte sentimiento católico y que por tanto la Iglesia parece representar el sentir mayoritario de la ciudadanía nacional. Pero un análisis menos superficial de estas creencias nos puede deparar grandes sorpresas. Recordemos que la asistencia a misa es la práctica religiosa más simple y obligatoria de un católico puesto que todos los bautizados que han cumplido los siete años y tienen uso de razón están obligados a oír misa entera los días de precepto, es decir todos los domingos. Por tanto medir la asistencia de los autodenominados católicos a misa es una buena aproximación sobre el verdadero número de fieles de un país. En esta misma encuesta del CIS a los creyentes también se les preguntó sobre su asistencia a la misa. Y el dato para nada sorprendente es que más de la mitad de los que se consideran católicos no cumplen con ese precepto básico de su religión. Es decir sólo el 32% (el 44% que habitualmente va a misa del 74% de los españoles que se definen como católicos) de los españoles podría en principio definirse en sentido estricto como católicos. Este porcentaje del 32% coincide prácticamente con el 34% de españoles que marcaron la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta en el año 2008. Por tanto en conjunto estos datos indicarían que únicamente un tercio de la ciudanía podría considerarse católica. Muy lejos entonces de la autoproclamada mayoría moral cristiana que intenta imponer la jerarquía católica en cualquier circunstancia.
Visto lo anterior podríamos pensar que existe en España el todavía nada desdeñable número de 16 millones de españoles católicos ya que son los que suelen ir a misa de forma habitual y que además fuerzan al Estado a pagar a la Iglesia. Sí, obligan al Estado a dar dinero a la Iglesia católica porque recordemos que los que marcan esa casilla en el IRPF no pagan nada de su bolsillo puesto que el monto total de los impuestos de cada persona no varía independientemente de esta opción y por tanto ese dinero se detrae de lo recaudado por Hacienda. Es decir que yo como ateo y el resto del 64% de los españoles que no marcamos esa discriminatoria casilla contribuimos más a las arcas públicas (y por tanto al bien común) que aquellos que se consideran moralmente superiores por creer en un barbado extraterrestre. Un dato interesante sería poder saber cuántos de estos católicos del “todo gratis” seguirían manteniendo dicha casilla marcada si de verdad les costara dinero, es decir, que el no marcarla les ahorrara el 0,7% de sus impuestos. Eso sí sería una medida real del número de católicos en España y mucho me sospecho que entonces veríamos una práctica desaparición de la religiosidad en este país.
Ahora bien ¿este 34% de católicos practicantes lo son de verdad o simplemente se comportan como los famosos perros de Paulov realizando algunos reflejos condicionados sin entender nada de lo que están haciendo? Para adentrarnos en este aspecto es instructivo recordar una encuesta sobre creencias de la Iglesia del año 2008 de estos mismos católicos practicantes. Recordemos que muchas de dichas creencias son dogmas y como tales deben ser imperativamente verdad para todos los católicos según la doctrina oficial de la Iglesia. Pues bien entre un 15 y un 20% de estos creyentes piensan por ejemplo que Jesús no era el hijo de dios, que no nació de una virgen o que tampoco resucitó después de morir. Esta increíble actitud de considerarse algo que uno claramente no es, ralla en lo grotesco cuando se observa que el 11% de los católicos practicantes encuestados (el equivalente a casi 2 millones) dijeron no creer que existe dios. Increíble el grado de confusión mental de dichos individuos, estimados señores ustedes no son ni católicos practicantes, ni católicos, ni creyentes, ni nada que se le parezca, ustedes son simplemente personas absolutamente desorientadas por décadas de lavado de cerebro eclesiástico. La encuesta también arroja otros impactantes resultados como que el 29% de estos piadosos cristianos no cree en el Cielo y que, agárrense, la mitad de estos individuos tampoco creen en el Infierno. Total que aunque supongamos que todos los que han contestado de forma herética sobre los dogmas católicos son las mismas personas entre un 29 y un 50% de ellos no pueden ser considerados católicos bajo ningún concepto. En resumen al final nos quedaría que únicamente un 15-20% de los españoles se pueden considerar católicos en el amplio sentido de la definición dada por la propia jerarquía eclesiástica. Muy lejos por tanto de las adulteradas declaraciones con las que la Iglesia católica intenta engañarnos recurrentemente.
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