Cualquier religión tiene preceptos irracionales a cada cual más absurdo: prohibido comer carne de cerdo si eres judío o musulmán, de vaca en el hinduismo o cualquier tipo de carne durante la cuaresma si se es católico; las mujeres menstruantes son “impuras” para la mayoría de las religiones; hincarse de rodillas, bajar la cabeza y apretar muy fuerte las manos altera las leyes de la naturaleza o bañarse en un río completamente contaminado e insalubre como es el Ganges “purifica” a los hinduistas.
Otros mandatos son claramente sadomasoquistas como el creer que azotarse hasta sangrar es del agrado de Alá o del Jesucristo torturado o ya directamente pura tortura infantil como eso de que cortar el pene o el clítoris de tus hijos es santificador.
Todos estos mandamientos son una mezcla de inutilidad, locura, dolor y a veces hasta de asesinato como esa vieja obligación del hinduismo de que la viuda debe inmolarse en la pira funeraria de su marido y por supuesto dueño.
Sin embargo, ninguna religión ha creado ningún precepto verdaderamente moral y útil, así muchas religiones no solo permiten sino que glorifican la esclavitud. También en casi todas, la mujer es un ser secundario dotado de poca autonomía y a la que se la restringen sus derechos individuales en el mejor de los casos, cuando no se la considera simplemente una posesión más del varón, casi al mismo nivel que una cabra o una oveja y por tanto a la que se puede violar a placer, pegar, torturar y por supuesto matar casi sin ninguna responsabilidad penal. ¿Y qué decir de ese atentando contra los derechos humanos de las niñas llamado eufemísticamente “matrimonio infantil” cuando debería ser definido como lo que verdaderamente es, la compra de una esclava doméstica y sexual de por vida?
Y cuando la religión ha derivado en algún tipo de moralidad avanzada ha sido por la presión del secularismo en esas pocas naciones occidentales que al menos han controlado algo las creencias, despojándolas muy levemente de su inmisericorde pátina sagrada.
Es cierto que muchas religiones han codificado normas que hoy consideramos inmorales, absurdas o directamente criminales. Y como bien apuntas, gran parte de las reformas hacia una mayor dignidad humana no surgieron de la religión, sino de la crítica secular, del humanismo laico, de la filosofía ilustrada y de la ciencia.
ResponderEliminarPero también es cierto que las religiones han tenido algunos aspectos positivos (en perspectiva histórica y sociológica). Por ejemplo, en sociedades antiguas sin instituciones civiles fuertes, las religiones ayudaban a crear normas compartidas que reducían el caos social. Aunque fuesen arbitrarias o injustas, eran mecanismos de organización colectiva. O también el legado cultural: lo mejor del arte, la arquitectura, la música o la literatura universal (desde la Capilla Sixtina hasta el Ramayana) es fruto de contextos religiosos. O la motivación para la solidaridad: aunque muchas veces limitada al "prójimo" dentro del grupo religioso, los credos han inspirado obras de caridad, hospitales, orfanatos y refugios. Y en contextos históricos de sufrimiento (pestes, guerras, pobreza extrema), la religión dio consuelo y un marco para soportar la adversidad.
En resumen, las religiones fueron útiles en sociedades premodernas: cohesión, consuelo, arte, reglas mínimas de convivencia... Pero por desgracia muchas veces se convirtieron en freno y justificación de injusticias. Hoy, casi todos esos beneficios pueden lograrse sin religión, mientras que sus aspectos nocivos siguen muy presentes en muchos lugares.
Esa es la utilidad que le da Harari en "Sapiens". Para él, las religiones unificaron a aldeas separadas, conformándolas en las primeras naciones del mundo, unidas al compartir unas ideas, y comerciando y ayudándose entre ellas.
ResponderEliminarRoma, por ejemplo, usó la aceptación de toda religión en los territorios anexados, siempre que se añadiese al emperador como dios en dichas religiones. El pueblo judío no aceptó, para los romanos eran impíos, intolerantes religiosos que se negaban a relacionarse de igual a igual con las demás religiones. La gran tolerancia romana hacia toda religión, toda creencia, asumiendo y convirtiendo en romano todo lo que había en su territoro, es una de las bases del éxito del imperio Romano, para Mary Beard.
Sí, esa hipótesis es muy plausible. Pero salvo algunas excepciones como el caso de Roma que comentas, lo tristemente habitual durante toda nuestra historia ha sido que mientras la religión une fuertemente a un comunidad al compartir mitos inventados, comunidades diferentes tienen mitos distintos y dioses distintos y entonces el resultado más habitual es que se enfrenten a muerte y que no pueda haber ningún punto en común porque hay que adorar al sol de la manera adecuada, que es la mía:
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