Los cristianos en su estúpido delirio afirman creer en un
dios benevolente que sin embargo ha llenado la Biblia (esa supuesta palabra
revelada) de las más infames órdenes y castigos para esa defectuosa humanidad
que él mismo ha creado.
Y la lectura de esa colección de horripilantes historias solo puede sellar una única conclusión: Hitler, Stalin y el resto de psicopáticos genocidas que ha dado la humanidad a lo largo de su sangrienta historia son simples aprendices comparados con el dios judeocristiano.
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