En estos días en los que se celebra la más supersticiosa
irracionalidad, el mundo católico se llena con esos pobres descerebrados
vestidos con capirotes, que descalzos van arrastrando cadenas y azotándose inmisericordemente,
en un ejercicio de masoquismo y automutilación que no sólo debería ser
estudiado dentro de la Psiquiatría, sino que estos más que evidentes enfermos
mentales deberían ser tratados adecuadamente en centros médicos especializados, lo que les evitaría el más que evidente daño físico y psíquico que tienen y
permitiría que los demás pudiéramos disfrutar de unos merecidos días de asueto sin
tener que ver ese más que horripilante espectáculo sacado de la negrura del
Medievo.
Pero quizás hay todavía un comportamiento más
irracionalmente miserable, y es el consistente en manipular a esos pobres niños
que han tenido la desgracia de nacer de padres con severas deficiencias de su
desarrollo intelectual por haber sido infectados por el más que peligroso virus
de la fe. Niños que como muestra el siguiente video, desde la más tierna
infancia se les adoctrina para que vean normal y se incorporen al adocenado
rebaño de borregos católicos con sus capirotes, sus vestidos negros y empiecen
a ser los burros de carga de estatuas de escayola que representan una de las
mayores y delirantes idioteces que ha inventado el homo supersticiosus en su ya
demasiado larga trayectoria de absurdas creencias.
Y no solo les adoctrinan en esas prácticas, sino también en el machismo de los niños de costaleros y las niñas con peineta y mantilla. Toda una loa a la desigualdad de género.
ResponderEliminarPobres niños, nacieron ateos y eso no lo pueden permitir, tienen que adoctrinarlos antes de que empiecen a pensar solos.