Nuestros neoliberales gobernantes llevan ya varios años
intentando convencer a la ciudadanía que gracias a sus ímprobos esfuerzos lo
peor de la crisis ha pasado y que los españoles no tenemos nada que temer y que
un día de estos seremos todos ricos y felices.
Pero la realidad es tozuda y aunque es verdad que las
empresas vuelven con renovados bríos a cifras de vértigo en cuanto a beneficios,
el hecho es que los habitantes de este tan particular país somos cada día un
poco más pobres y que la miseria acecha a millones de personas y en donde ni
siquiera tener trabajo es ya garantía alguna de vivir más o menos dignamente.
Porque tal y como indican las estadísticas el porcentaje de
trabajadores que cobran menos de mil euros mensuales ha subido en los últimos
años desde un más que vergonzoso 40% hasta un 47%. Y lo más terrorífico es que
el número de españoles que en la actualidad trabajan por menos del salario
mínimo (unos irrisorios seiscientos y pico euros al mes que no llegan ni para
malvivir) es ya de cerca de seis millones, ¡el 34% de los trabajadores y
subiendo año tras año!
Así que a la vista de estas terribles estadísticas sólo
queda por concluir que vivimos en un país de esclavos, en donde votación tras
votación millones de personas pertenecientes a las clases sociales más
desfavorecidas apoyan más que idiotizadamente con su más que increíble voto que
la caterva de filofascistas neoliberales y corruptos que nos gobierna siga año
tras año esquilmando la nación y así poco a poco cada vez más cerca del
terrible Tercer Mundo.
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