Año tras año y sea cual sea la testa coronada que nos subyugue se repite irreversiblemente la servil pantomima
compostelana, en donde los poderes públicos (que deberían
representar a todos los españoles) deben humillarse ante el gallego anciano
vestido de carnaval.
Y año tras año las declaraciones son reiteradamente vacuas, inanes, absurdas
y dignas del más simple de nuestros más idiotizados congéneres. Y ya cuando el arzobispo coruñés abre la
boca ¿pues qué se puede esperar? Porque cuando este anciano senil
ruega la intercesión del Apóstol Santiago en favor de las
"personas y familias que sufren las consecuencias de la crisis moral y
económica" actual y ha pedido la paz para "los pueblos que están
sufriendo guerra en el mundo" es para decirle:
Estimado alucinado ¿dónde está tu dios ahora? Porque en Gaza seguro que no
ni tampoco en Sudán del Sur
ni acompañando a los miles de millones de personas que pasan
hambre, están esclavizados o mueren por una simple diarrea por no poder acceder
a agua potable de una mínima calidad. Se ve que tu patético diosecillo del tres
al cuarto está muy ocupado en otros asuntos, muy probablemente aumentando el inmenso y vergonzoso patrimonio de la iglesia católica, ayudando a encubrir a pederastas con alzacuellos y ayudando a cualquier genocida o dictadorzuelo siempre y cuando sea cristiano devoto de la Macarena o de San Apapurcio.
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