Aunque habitualmente pensemos (acomodados en nuestro
confortable primer mundo repleto de adelantos tecnológicos e información) que
hemos dejado atrás nuestro oscuro pasado supersticioso, la triste realidad es
que la mayoría de la población mundial no sólo sigue sumida en la ignorancia sino
que se encuentra firmemente anclada en el más disparatado e irracional de los mundos
posibles.
Y para muestra uno de los temas recurrentes (ya comentado en
diversas entradas de este blog) como es el de la brujería. Así en diferentes países:
Arabia
Saudí, Irán,
además de diversos países
africanos e incluso en el Reino
Unido sigue siendo práctica común la persecución y el asesinato de aquellos
pobres desgraciados (generalmente niños, mujeres solteras o ancianas) que son
acusados de brujería. Pues bien esta práctica lejos de terminar sigue
totalmente vigente tal y como demuestra el último caso recién llegado de Zimbabue.
Allí dos
ancianas fueron acusadas de practicar hechicería, de estar poseídas por
demonios y de producir enfermedades en sus convecinos, de tal forma que sus
propios familiares llamaron a un "pastor" que durante un ritual de
limpieza de sus posesas almas les dio de beber un "agua santa" con el
resultado de su fulminante muerte. El reverendo o chamán se encuentra en
paradero desconocido y la policía investiga el tipo de veneno usado en tan macabro
y terrible ritual. Y mientras tanto tenemos que aguantar los sermones de los
defensores de lo sagrado.
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