Que los islamistas carecen de tolerancia está más que demostrado. Hoy ha aparecido un nuevo caso de terrorismo islamista contra la libertad de prensa. La revista satírica francesa Charlie Hebdo ha sufrido un doble ataque. Primero han hackeado su web con soflamas religiosas y además un terrorista ha lanzado un coctel molotov contra la sede de la revista en París que ha producido un incendio que ha destruido sus oficinas. Como se puede ver todo bien orquestado. Su pecado ha sido el hablar contra la Sharia y el beduino que la ideó en su absoluta ignorancia de fanático religioso con alucinaciones, ya que sólo así se puede calificar al profeta Mahoma. Y esto ocurre en Francia, en el núcleo central de la democracia, los derechos humanos y las garantías de un estado laico. Imaginen el poder de estos descerebrados, que quieren que sigamos viviendo en la más oscura Edad Media, en países de tradición musulmana. Pobres magrebíes que han hecho una revolución para destronar a sus tiranos y que como no lo eviten acabaran viviendo en una república islámica al estilo de Irán.
En resumen estos hechos demuestran que las creencias en una religión única y verdadera son completamente incompatibles con una democracia real y ponen en entredicho a todos aquellos que nos hablan de que el Islam o cualquier otra religión con ansias de verdad absoluta son religiones de paz y amor y que deben ser protegidas.
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