Últimamente aparecen por doquier casos de pederastia que implican a sacerdotes católicos de distintos países. Si fueran delitos aislados lo único que tendría que hacer la justicia es juzgar y castigar a los culpables. Pero lo que se está demostrando es una vergonzosa complicidad dentro de la jerarquía eclesiástica tanto de las diócesis implicadas en EEUU, Irlanda, Bélgica, etc. como del propio Vaticano. ¿Para cuando una justicia verdadera que sea capaz de enjuiciar a aquellos obispos y cardenales que ordenaron silenciar los abusos y que incluso extorsionaron a las víctimas de esos infames crímenes?
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No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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