Rezar solo sirve para perder el tiempo, mientras que investigar soluciona los problemas

Los creyentes llevan afirmando durante milenios que orar “soluciona” todos los problemas. Pero por el contrario, han sido los estudios, la experimentación y el avance del conocimiento científico los que en realidad han conseguido logros casi inimaginables hace algunos siglos como haber erradicado la viruela y ahora casi la polio del mundo, los que han permitido salvar la vida a millones de personas junto con la casi infinita variedad de medicamentos y procedimientos quirúrgicos actualmente inventados, los que impiden a día de hoy que millones de niños no fallezcan miserablemente por una simple diarrea al potabilizar el agua, los que construyen carreteras, puentes, vías férreas, hospitales, los que nos muestran las maravillas de la Naturaleza y de un Cosmos casi infinito

 

y no ese infantil decorado de cartón piedra que inventaron profetas analfabetos y dementes de la Edad del Bronce.

 

Estudios e investigaciones que en resumen han convertido la azarosa, dura y más que peligrosa vida de unos pobres primates bípedos en las comodidades (y hasta lujos) de los ciudadanos del siglo XXI que viven al menos en las sociedades modernas.

Porque a pesar del incalculable dinero que la Humanidad ha derrochado a lo largo de su analfabeta y supersticiosa historia en mantener a innumerables monjes, frailes, profetas, sacerdotes, ulemas y demás alucinados que afirman tener una imposible comunicación con el más allá, junto con los miles de millones dilapidados en erigir todo tipo de catedrales, conventos, iglesias,  mezquitas, sinagogas, pagodas, templos y demás absurdas y derrochadoras edificaciones

solo la Ciencia nos permite conocer y comprender la realidad, adaptarla a nuestra necesidades y hasta eliminar sus inconvenientes y peligros.

Y por tanto, no es casualidad que en la actualidad todos esos gobernantes “libertarios” y cristianofascistas, que están profundamente imbricados con los sectores más reaccionarios de la sociedad y de las iglesias más retrógradas, hayan puesto a esa molesta Ciencia en su punto de mira y estén desmantelando en sus respectivos países la única herramienta eficaz que nos permite romper las cadenas de la superstición en todas sus variantes, ataduras que son tan del agrado y han sido y siguen siendo tan útiles a los poderosos de siempre para mantener al idiotizado rebaño (nunca mejor dicho) en la ignorancia más completa.